Cadena Ser.- «Son un polvorín», ha dicho en La Ventana de la Región de Murcia Diego López, al referirse a este estudio de CEPAIM para el Ministerio de Derechos Sociales y la Agenda 2030.
Cartagena, Torre Pacheco, Murcia, Lorca y Mazarrón son las localidades donde el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 ha localizado diferentes asentamientos de trabajadores en condiciones muchas veces precarias e infrahumanas. Así lo pone de manifiesto en el informe ‘Diagnóstico sobre los asentamientos de personas trabajadoras agrícolas en Andalucía, Catilla-La Mancha y Murcia’, elaborado para este departamento por CEPAIM. La distribución geográfica también está muy repartida, existiendo tres asentamientos en Los Martínez del Puerto, dos en Cartagena y uno en las localidades de Lorca, Torre Pacheco, Javalí Nuevo, Patiño y Cañada Gallego.
En este caso, el número de hombres es de 192 (71,11%) y el de mujeres 78 (28,89%), con la presencia de 50 menores (18,52%), «lo que evidencia que una parte importante de los habitantes de estos asentamientos son familias», dice el estudio. En cuanto a los tipos de construcción se pueden encontrar edificaciones no convencionales: cortijos semiderruidos, cocheras, o casetas de la luz, además de chabolas construidas con materiales de desecho.
Añaden que «el acceso a servicios públicos es inexistente». En el caso del agua existen un par de casos de enganches ilegales a la red de agua pública; para el resto de situaciones se transporta en bidones o garrafas desde la población más cercana. El suministro de luz se realiza a través de enganches ilegales a la red eléctrica y la recogida de residuos no existe en los asentamientos más aislados. Los medios de transporte habituales son bicicletas, coches particulares y algún taxi informal.
Altos precios y discriminación
Para uno de los autores de este trabajo, Diego López, de CEPAIM, «los asentamientos son una vulneración múltiple de los derechos humanos», según ha contado en La Ventana de la Región de Murcia, donde también ha avanzado que, según otro informe, «el 78,8% de las personas que viven en un asentamiento informal en España han intentado abandonarlo y no han podido». La primera causa es porque no pueden pagar una vivienda, «porque a pesar de tener dinero, lo que se les ha pedido estaba muy por encima de lo que podían pagar».
La segunda causa es la discriminación. Y es que buena parte de las personas que viven en este tipo de asentamientos son extranjeros, de procedencia marroquí, principalmente, pero también argelinos, subsaharianos y ciudadanos procedentes de Europa del Este. El informe de CEPAIM pone el acento en ese problema en el acceso a la vivienda y a otros servicios sociales, así como la educación y la sanidad. López habla de condiciones vida «de total aislamiento, de desvinculación de la sociedad de acogida, en situación irregular muchos ellos».
Para este investigador, estos factores se convierten en un «polvorín» para que muchos de ellos además puedan acabar sufriendo algún tipo de enfermedad mental. «Lo que hace falta es una estrategia estatal con objetivos en el medio y largo plazo», dice López sobre las conclusiones de un informe que pone como ejemplo la situación que se da en Torre Pacheco, donde SAREB dispone de 821 viviendas en la localidad. Dice por eso el Ministerio que «sería de interés explorar las diferentes fórmulas que contempla SAREB de viviendas sociales en dicho municipio».
Buenas prácticas
El informe identifica también una serie de «buenas prácticas» que se llevan a cabo en la Región y menciona concretamente el programa PARES de acompañamiento social y recursos habitacionales de la Asociación Hábito, el subgrupo de asentamientos de la EAPN Región de Murcia y la labora desarrollado por el SEMAS (Servicio de Emergencia Móvil y Atención Social) el Ayuntamiento de Murcia.
«Una vulneración múltiple de los derechos humanos»: precios y discriminación impiden a los trabajadores agrícolas en asentamientos chabolistas abandonar esta situación
Otras ONG’s también trabajan prestando atención a este perfil de personas en alojamientos informales. Desde Cruz Roja, su responsable del programa de asentamientos en la Región de Murcia, María Díaz Roca, ha explicado que durante 2022 desempeñaron esta tarea de acompañamiento y atención social en una treintena de ubicaciones. «Estas personas suelen vivir en condiciones de bastante vulnerabilidad, no cuentan con suministros básicos como luz y agua», ha explicado sobre el día a día de estos trabajadores, que principalmente suelen ser hombres, pero entre los que también hay un importante número de mujeres.
Cruz Roja pone como ejemplo la iniciativa que se adoptó durante la pasada campaña de la recolección de la fruta de hueso en Cieza, donde gracias a la colaboración con el Ayuntamiento de esta localidad se habilitó un albergue temporal para estos trabajadores