11 de octubre, 2024
La Vanguardia.- Un grupo de eurodiputados ha respondido este miércoles al discurso de Viktor Orban en el Parlamento Europeo —que ha relacionado la llegada de inmigrantes a la Unión Europea está detrás del aumento de fenómenos como la homofobia, la violencia contra las mujeres o el antisemitismo— cantando Bella Ciao, reconocido himno antifascista usado en 1943 por los partisanos italianos contra las fuerzas alemanas nazis que ocupaban Italia.
Ante el revuelo generado en el Parlamento Europeo entre los cánticos y los aplausos de gran parte de la cámara —sin determinar si iban dirigidos a la arenga antifascista o al primer ministro de Hungría—, la presidenta de la cámara, Roberta Metsola, ha recriminado a los europarlamentarios que “esto no es Eurovisión” ni “La Casa de Papel”. “Respeten la dignidad de esta cámara”, ha pedido.
Antes de su llegada al hemiciclo, los líderes de los grupos socialista, liberal, verde y de la izquierda se manifestaron justos a la entrada del hemiciclo con carteles LGTBIQ+ y de protesta contra el uso indebido de los fondos europeos en manos del Gobierno húngaro.
Viktor Orbán insistió este miércoles en instar a comenzar a procesar todas las solicitudes de asilo en centros fuera de la Unión Europea.
Ante el Parlamento Europeo, Orbán presentó las prioridades de la presidencia húngara del Consejo, en marcha desde julio hasta diciembre de este año, y dedicó buena parte de su discurso a pedir que la Unión Europea apoye “de manera significativa” a los países que tienen fronteras externas de la Unión Europea y las “protegen”.
Orbán aseguró que “no se puede proteger a los europeos de la inmigración ilegal” sin un modelo de gestión de las solicitudes de asilo desde terceros países y tildó el resto de soluciones sobre la mesa como “una ilusión”.
“El sistema de asilo de la Unión Europea no funciona. La inmigración lleva a (más) violencia contra las mujeres, homofobia y antisemitismo”, dijo Orbán, cuyo Gobierno ha promovido una serie de leyes que limitan la libertad de personas homosexuales y trasgénero.
Con el diagnóstico, en muchos casos tardío, se multiplican las necesidades de estimulación que solo están cubiertas hasta los 6 años, es algo que generan mucha frustración en las familias que se ven obligadas a financiar muchas sesiones de fisioterapia, psicomotricidad, neurología y pediatría sin contar con el psicólogo o psiquiatra.
“Algunas familias pueden costear lo que no cubren las comunidades autónomas mientras que a otras no les queda más que constatar que, al no poder pagar, no pueden hacer más por sus hijos y así todo el rato”, deplora Villanueva.
No basta con cuidar, se trata de dar vida
La sensación que tienen es la de que muchas veces se aparca a quienes sufren estos trastornos de neurodesarrollo y a sus familias. De hecho, 8 de cada 10 familias carecen de apoyo domiciliario y 7 de cada 10 no tienen forma tampoco de participar en programas de respiro, según concluye un reciente estudio de la Fundación AVA y la Universidad Pontificia de Comillas.
“Cuando los niños tienen graves problemas de conducta, es mucho más difícil manejar la enfermedad y también escolarizar a ese hijo, encontrar grupos de apoyo y grupos de ocio lo que hace que los padres estén aún más agotados. Las familias se quejan además de la atención que reciben en el sistema sanitario por ejemplo en los ingresos hospitalarios o en las salas de espera donde estos niños se ponen muy nerviosos. Ni los centros ni los profesionales estamos preparados para atender a estos niños, necesitamos formación para saber manejarlos como se merecen”, reconoce Egea.
Para mejorar la situación y el bienestar de estas familias , abogan por facilitar el acceso a evaluaciones y tratamientos para sus hijos, disminuir el estigma asociado a la atención psiquiátrica y psicológica y apoyar también en salud mental de los padres y madres para que aprendan a trabajar muchos de sus sentimientos como el fracaso o la culpa además de gestionar constante estrés y la ansiedad que supone sacar adelante a sus hijos.