Maldita.- El Mundial de Catar 2022 es el primero que se celebra en un país árabe. Los miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA así lo decidieron, en 2010, basándose en dos argumentos: el primero de ellos, que el mundo árabe merecía la oportunidad de organizar un mundial y el segundo, que la diversidad cultural y religiosa de la afición debía tener un reflejo en las altas esferas de la competición. En ese momento, Catar pasó por encima de candidaturas como la de Japón, Corea del Sur, Australia o Estados Unidos. Sin embargo, pese a tratarse de una decisión consensuada, exmiembros de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) como el expresidente Joseph Blatter han calificado como “un error” esta elección.
Asimismo, la explotación laboral de los trabajadores migrantes que han levantado las infraestructuras requeridas para albergar la competición y “la discriminación de la mujer y la persecución de las minorías sexuales” en el emirato, recogidas por Amnistía Internacional en su Informe 21/22 sobre este país, han dado lugar actos y campañas de boicot alrededor del mundo.
Derechos de las mujeres en Catar: una discriminación basada en el sistema de tutela masculina
La discriminación de las mujeres en Catar se sustenta en un sistema de tutela masculina por el que las mujeres dependen, mientras están solteras, de sus padres, sus hermanos, sus tíos o sus abuelos y de sus maridos cuando se casan. Así, cualquier decisión de peso en sus vidas pasa primero por las manos de su tutor, desde el matrimonio, el divorcio y la tutela de sus hijos hasta los estudios, pasando por los viajes al extranjero o incluso cuestiones relacionadas con su salud sexual y reproductiva, apunta un informe de Human Rights Watch (HRW).
“La tutela masculina refuerza el poder y el control que los hombres tienen sobre la vida y las elecciones de las mujeres y puede fomentar o alimentar la violencia, dejando a las mujeres pocas opciones viables para escapar del abuso de sus familias y esposos”, explica Rothna Begum, investigadora principal sobre derechos de la mujer para HRW.
Aunque la validez del sistema de tutela masculina termina legalmente a los 18 años, muchas de las restricciones derivadas del mismo se mantienen por encima de los 25 e incluso hasta los 30, “violando la constitución catarí y las obligaciones del país en virtud del derecho internacional de los derechos humanos”.
Derechos de las personas LGTBIQ+ en Catar: hasta siete años de prisión por mantener relaciones con alguien de tu mismo sexo
Según Amnistía Internacional, Catar es uno de los 70 países del mundo en los que mantener relaciones sexuales con alguien de tu mismo sexo está perseguido por ley “conducir, instigar o seducir a un varón de cualquier manera para que cometa sodomía o disipación” puede penarse hasta con siete años de prisión (artículos 285 y 296 de su Código Penal).
Aunque las autoridades cataríes han prometido mostrarse “tolerantes” con los turistas de la comunidad LGTBIQ+, organizaciones como Human Rights Watch alegan casos recientes de detenciones por “presuntas conductas homosexuales” (aquí y aquí) como motivo para desconfiar de dicha promesa. Sobre todo, después de que el exfutbolista internacional catarí y embajador del Mundial 2022, Khalid Salman, haya calificado la homosexualidad como haram (prohibido) y como un “daño mental”.
Ante esta situación, la selección de fútbol australiana ha pedido en un vídeo publicado en sus redes sociales la implementación de “reformas en favor de los derechos humanos” en el emirato, haciendo especial hincapié en la “despenalización” de las relaciones homosexuales.
Actos y campañas de boicot contra el Mundial de Catar 2022: de brazaletes con la bandera LGTBIQ+ a logotipos difuminados
El estado de los derechos humanos de las mujeres, el colectivo LGTBIQ+ y los trabajadores migrantes en Catar ha dado pie a actos de protesta y campañas de boicot contra el Mundial por parte de otras de las selecciones que participan en el torneo, ONGs, marcas y aficionados de este deporte.
Así, un total de 10 selecciones (Inglaterra, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Suiza, Gales, Noruega y Suecia, aunque estas dos últimas no están en la competición) han impulsado la campaña #OneLove y lucirán un brazalete con la bandera del colectivo LGTBIQ+ durante el campeonato. La selección inglesa se ha comprometido a hacerlo incluso si “ello supone una sanción para el equipo”, según la agencia Associated Press.
En esta línea, la selección danesa ha anunciado que sus equipaciones para el campeonato lucirán el logo de la FIFA y la marca de su patrocinador, Hummel, desdibujados en señal de protesta por el “historial de derechos humanos” de Catar y porque no quieren “ser visibles durante un torneo que ha costado la vida a miles de personas”. Dinamarca mantiene esta decisión después de que la FIFA le prohibiera vestir camisetas de entrenamiento con el mensaje “Derechos Humanos para todos”.
Asimismo, por ejemplo, desde Alemania se ha lanzado la campaña #BoycottQatar2022. “Hacemos un llamamiento a la gente para que no se siente delante del televisor porque las cifras de espectadores se cuantifican. A no viajar y a no comprar merchandising de la Copa del Mundo ni ningún producto con el logo de la FIFA”, cuenta uno de los impulsores de dicha campaña, el alemán Stefan Schirmer, para DW Español.
Por su parte, la marca escocesa de cervecera BrewDog, que se ha proclamado “antipatrocinadora” del Mundial 2022 y han asegurado que “todos los ingresos de las ventas de las latas especiales del campeonato se destinarán a organizaciones benéficas de derechos humanos”.
Pese a todo, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha celebrado que sea Catar el anfitrión de la Copa del Mundo 2022, alegando que el fútbol, dada su universalidad, puede ser un resorte importante para “la promoción de la paz y el desarrollo, el respeto de los derechos humanos, la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas”.