La Vanguardia.- Las calles de A Coruña incorporan desde este martes seis piedras que recuerdan a seis coruñeses que fueron deportados al campo de concentración nazi de Mauthausen (Austria) en 1941; solo uno de ellos sobrevivió.
A estas losas de diez centímetros -se colocarán un total de 17- se las conoce como ‘stolpersteines’, que en alemán significa piedra que hace tropezar, con las que se pretende homenajear a aquellas víctimas capturadas y sometidas al régimen nazi, un proyecto creado en 1990 por el artista Gunter Demin, que hoy ha participado en el acto en A Coruña -la primera ciudad gallega en acoger esta iniciativa- organizado por el Ayuntamiento y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica .
«Es necesario para la gente joven que recuerde, que vea, que se entere de todo esto para entender cómo es posible que algo así ocurriera en el país de los poetas y de los pensadores como es Alemania», ha explicado Demin.
Puerta de Aires, las calles Santiago, Varela Silvari y San Andrés y el campo de Artillería son las ubicaciones escogidas para estas seis primeras piedras que recuerdan a Julio Martínez, Leopoldo López, Luis Rafales, Eduardo Sánchez, Adrián del Castillo y Arturo García, todos ellos ingresaron en Mauthausen y solo Eduardo sobrevivió.
Cada uno tiene su historia, con el denominador común del horror de los campos nazis, y ahora A Coruña, tras un largo proceso de investigación, los tiene muy presentes en sus calles.
Julio Martínez Arias, ingeniero progresista, nacido en A Coruña en 1910, formaba parte del ejército de la República, por lo que se vio obligado a exiliarse cuando la guerra civil concluyó, pero fue apresado y llevado a la Stalag XII-C de Wiebelsheim para después ser deportado a Mauthausen el 15 de mayo de 1941, y casi cuatro meses después, el 7 de septiembre de 1941, fue gaseado en Harteim.
Mismo final tuvo Luis Rafales Lamarca, exiliado y después deportado a Mauthausen desde la prisión de Frankenthal, tan solo permaneció cinco meses en el campo de concentración, pues fue gaseado el 9 de septiembre de 1941.
Leopoldo López Criado, vecino del Campo da Leña, nació en 1905 y fue capturado en Francia por los alemanes, que lo enviaron a la prisión de Wiebelsheim, desde donde fue enviado a Mauthausen y luego a Gusen, lugar en el que fue asesinado el 3 de noviembre de 1941.
Los nazis también capturaron a Adrián del Castillo, vecino de San Andrés, y lo enviaron a la prisión de Trier, aunque más tarde acabó, como el resto de los coruñeses, en Mauthausen, aunque fue gaseado en noviembre de 1941 en Hartheim, tras ser enviado a Gusen.
A este subcampo fue trasladado Arturo García Lagares, quien también vivió en San Andrés, y fue enviado a la cárcel de Trier, aunque el 25 de enero de 1941 ingresó en Mauthausen, para después ser enviado a Gusen, donde fue asesinado el 12 de julio del mismo año.
El único superviviente de estos seis homenajeados fue Eduardo Sánchez García, nacido en el campo de Artillería, que fue apresado por las tropas de Hitler y enviado a Moosburg como prisionero, aunque después también pasó por Mauthausen y Vöcklabruk, pero logró sobrevivir hasta la liberación y falleció en 1990.
La representante de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Carmen García-Rodeja, ha explicado que a partir de hoy los homenajeados serán «héroes»: «Nunca más el silencio», ha añadido.
La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, ha destacado que estas son «las primeras de Galicia en las que se podrá tropezar con la memoria y el olvido de las personas que sufrieron el exterminio del nazismo»