El Mundo.- La Mesa de la Asamblea excluye durante 15 días al diputado que pronunció esta frase en referencia a otro parlamentario, negro, del partido Francia Insumisa.
«¡Vuelve a África!». El grito interrumpió ayer la intervención del diputado negro Carlos Martens Bilongo en pleno debate de la Asamblea Nacional. Martens Bilongo, que estaba hablando sobre los barcos de inmigrantes varados en el Mediterráneo a la espera de un puerto seguro (uno de ellos, de una ONG francesa) pertenece al grupo de izquierda radical La Francia Insumisa. Y quién profirió la frase racista fue el diputado ultraderechista de Reagrupación Nacional, Grégoire de Fournas. Ayer, la Asamblea Nacional votó su expulsión de la Cámara baja durante 15 jornadas.
Tanto De Fournas como Marine Le Pen, quisieron esquivar la polémica agarrándose a la precisión del lenguaje. Aseguran que el «Vuelve a Africa» había sido en realidad dicho en plural, «Volved a África» (en francés, las dos frases suenan prácticamente igual) y hacía mención a los barcos de inmigrantes y no al diputado que, casualmente, es negro. Bilongo afirmaba, en cambio, que está «seguro» de que la frase se dirigía a él e insistía en que esa expresión nunca ha sido dirigida a otro compañero de su partido que haya hablado de inmigración, un tema que sale bastante a relucir en el interior del hemiciclo.
Según pasaban las horas, toda la prensa francesa se preguntaba quién decía la verdad y señalaban a esos funcionarios invisibles que copian al dictado cada palabra, declinación incluida, que se escucha entre las paredes de la Asamblea Nacional. Como si fuera menos grave (o incluso, aceptable, para el partido de Le Pen) una frase racista dirigida a los inmigrantes que esa misma frase dirigida a un diputado, francés y negro.
Un día después, la polémica sigue. Varios miembros del Gobierno que dirige Emmanuel Macron han responsabilizado a Marine Le Pen por su reacción. Ésta acusó a los diputados de Francia Insumisa de crear una «polémica burda». «Le Pen no se distancia de su diputado, es una forma de complicidad», acusó este viernes el ministro de Interior, Gérald Darmanin, durante una entrevista en televisión.
«Podía haber desautorizado a su diputado, pero ha elegido la vergüenza«, dijo en Twitter el ministro de Transportes, Clément Beaune. Pero quizá la reacción más destacada, por lo que lleva implícito, es la del portavoz del Gobierno, Olivier Veran, que se refirió al partido de Le Pen con su antiguo nombre, ese del que Marine Le Pen lleva años renegando porque va unido a una época de la que quiere alejarse, cuando su padre Jean Marie -racista, homófobo- estaba a los mandos. «El Frente Nacional ha mostrado su verdadera cara. Se pueden cambiar las apariencias pero no las creencias», dijo Veran.
El diario de sesiones sentenció ayer que la frase fue dicha en singular. El diputado afectado, así como su grupo parlamentario, han pedido que De Fournas dimita por «dignidad». Dentro del Gobierno también crecen las peticiones de dimisión, como ha manifestado por ejemplo el titular de Interior, Darmanin.
«La sociedad francesa debe ser consciente de que el racismo y el fascismo están en la Asamblea», dijo hoy Martens Bilongo en una entrevista en televisión. Por su parte, el diputado ultraderechista le escribió un mensaje en el que primero decía estar «dolido» por la incomprensión y luego añadía: «lamento si usted se ha sentido dolido». En público, sin embargo, no ha rectificado.
Conocido por sus posturas contrarias a la inmigración, Grégoire de Fournas no tiene fama de ser un diputado incendiario. Según dice hoy un diputado de Reagrupación Nacional al diario ‘Liberation’, «es alguien con suficiente experiencia política, no tan tonto como para decir algo así». Viticultor de 37 años, era percibido, como una figura respetable dentro del partido y de hecho, según apunta ‘Le Point’, Jordan Bardella -favorito para ser elegido presidente del partido este próximo fin de semana- tenía previsto nombrarle portavoz, algo que ahora parece menos probable tras la polémica.