ADNSUR – El racismo, la xenofobia y la discriminación tienen un profundo impacto en la salud, pero en muchas ocasiones se pasan por alto y se descartan, debido a los prejuicios que aún existen en la ciencia, informaron expertos en una serie de artículos publicados este viernes en la revista científica The Lancet.
Los expertos analizaron cómo afectan estos determinantes en la vida de las minorías y utilizaron como ejemplo las grandes disparidades observadas durante la pandemia de Covid-19 para ilustrar «la necesidad de un cambio significativo que ayude a combatir las desigualdades sanitarias».
A través de una revisión de la literatura científica actual, los autores describieron las diversas formas a través de las cuales la discriminación daña la salud, incluido el impacto directo en el cuerpo a través de las respuestas al estrés, la caracterización de los entornos diarios y la limitación de las oportunidades individuales de las personas para mejorar su salud, detalló -por su parte- el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
«Son procesos que ocurren en todas partes del mundo, con resultados similares para la salud», explicó Delan Devakumar, autor principal y profesor en la University College London.
El racismo y la xenofobia son problemáticas globales con particularidades en cada territorio, si bien los contextos y las historias difieren, las consecuencias para la salud que tiene la discriminación son similares en todo el mundo. Para comprender el impacto de estas problemáticas en la salud, los autores estudiaron las causas que producen el racismo y la xenofobia.
«Describimos dos conceptos centrales, la separación y el poder jerárquico. La separación se da cuando los individuos se ven a sí mismos como diferentes de los demás», detalló Devakumar.
Y agregó que «luego aparece una jerarquía, en la que se considera que algunas personas son mejores que otras. Las personas en la parte inferior de esta jerarquía tienen las peores condiciones de salud física y mental». La jerarquía puede plasmarse en barreras de acceso al sistema de salud para los inmigrantes: «La pandemia de Covid-19 propició un ejemplo real. En Reino Unido vimos un aumento de la mortalidad entre hombres y mujeres según el origen étnico», dijo el especialista.
«La Oficina de Estadísticas Nacionales encontró que, en la segunda ola en el Reino Unido, las mujeres procedentes de Bangladesh tenían un riesgo de 4,11 veces mayor de morir y los hombres bangladesíes un riesgo 4,96 veces mayor en comparación con la población británica blanca. Otras etnias también tuvieron mayores tasas de mortalidad», argumentó.
Según los expertos, a nivel individual, la discriminación puede activar las respuestas hormonales y de estrés del cuerpo, lo que podría causar cambios biológicos a corto y largo plazo. La discriminación afecta a los entornos en los que viven las personas y además, limita las oportunidades a través de las cuales las personas pueden mejorar su salud y bienestar, a través de la educación formal, la recreación, trabajo y atención médica.
Los autores argumentaron que son necesarias acciones amplias y profundas para transformar los sistemas existentes, caracterizados por el racismo y la xenofobia estructurales. Y sugirieron que dicho cambio se puede lograr mediante la implementación de intervenciones de salud pública antirracistas. En ese sentido, los autores indicaron que las medidas deben contemplar otras formas de opresión, como el sexismo y el capacitismo.
“A menos que tomemos medidas para transformar los sistemas que perpetúan el racismo y la xenofobia, seremos incapaces de abordar las desigualdades raciales en salud en su totalidad o, de hecho, los mayores desafíos de salud de nuestros días”, concluyó Gideon Lasco, coautor y profesor de la Universidad de Filipina