14 de noviembre, 2024
La Crónica de Badajoz.- Eran algo más de las cuatro de la madrugada del 1 de diciembre de 2019 cuando el acusado se dirigió al cuarto de baño de señoras de la discoteca Quercus de Alburquerque y empezó a insultar a la demandante, una chica transexual. «Como te vuelva a ver entrar ahí, te corto el cuello. Mi mujer y mi hija no tienen por qué esperar a que tú uses el baño, eres un maricón», fueron algunos de los improperios que, según ella declara, recibió.
En aquel momento estaba en proceso de valoración para iniciar la hormonación, siendo tratada por el equipo de Salud Mental de Ciudad Jardín de Badajoz por disforia de género. Allí le habían recomendado «naturalización conforme al sexo deseado consistente en comportamientos propios del mismo, como usos sociales y atuendo», según recoge el escrito de la Fiscalía.
Eran algo más de las cuatro de la madrugada del 1 de diciembre de 2019 cuando el acusado se dirigió al cuarto de baño de señoras de la discoteca Quercus de Alburquerque y empezó a insultar a la demandante, una chica transexual. «Como te vuelva a ver entrar ahí, te corto el cuello. Mi mujer y mi hija no tienen por qué esperar a que tú uses el baño, eres un maricón», fueron algunos de los improperios que, según ella declara, recibió.
En aquel momento estaba en proceso de valoración para iniciar la hormonación, siendo tratada por el equipo de Salud Mental de Ciudad Jardín de Badajoz por disforia de género. Allí le habían recomendado «naturalización conforme al sexo deseado consistente en comportamientos propios del mismo, como usos sociales y atuendo», según recoge el escrito de la Fiscalía.
Fue el hermano de la demandante quien intervino para defenderla. Una vez que los dos ya habían llegado al domicilio familiar, esa misma noche, donde se encontraba el padre de ambos y otro hermano menor de edad, el acusado se presentó en la vivienda y aporreó primero la puerta de entrada al bloque hasta que se consiguió abrirla. Después hizo lo mismo con la del propio domicilio a la vez que gritaba: «Abrid la puerta, que sois unos maricones, os voy a cortar los huevos, os voy a tirar por el balcón».
Por estos hechos, la acusación, cuya defensa ejerce Fermín Manzano en nombre de la demandante y su padre, pide una pena por delito de odio de un año y tres meses, más nueve meses de multa a razón de 10 euros al día. También por un delito leve de daños la pena de dos meses de multa. Y por un delito de amenazas, otros quince meses de prisión.
Asimismo, solicita la cantidad de 3.000 euros por los daños morales derivados de la humillación pública sufrida. Y 383,15 euros por los daños ocasionados en las puertas de acceso al edificio y a la vivienda.
La otra versión
Por su parte, la defensa del acusado, ejercida por Fernando Cumbres, alega que su cliente se encontraba bajo intoxicación etílica cuando sucedieron los hechos y pide su absolución. Además, niega tajantemente que se trate se un delito de odio porque «no son manifestaciones dirigidas a un colectivo haciendo apología de la violencia hacia ese colectivo». «Mi cliente es un señor que desconocía completamente a la persona agredida, que era un chico, que se comportaba como un hombre y vestía como un hombre. Esto es una bronca de bar, de borrachos, a las tantas de la mañana».
Ambas parte se volvieron a ver las caras este miércoles en el Juzgado de lo Penal nº2 de Badajoz. Ahora será el juez quien se pronuncie y dicte sentencia.