Pamplona (EFE).- La presidenta de COVITE, Consuelo Ordóñez, ha asegurado que «sin una deslegitimación inequívoca del terrorismo no va a ser posible asentar una memoria pública, honesta y que respete la verdad de todo lo que ha sido ETA».
Lo ha dicho en el arranque de la XX Jornada Anual que el Colectivo de Víctimas del Terrorismo que preside ha celebrado en Pamplona. Han sido tres sesiones con ponencias con la participación de víctimas pero también de representantes de la ciudadanía civil que ha vivido la etapa de ETA en Francia y España, y miembros de las instituciones.
Así, en presencia del vicepresidente primero del Gobierno de Navarra, Javier Remírez, de la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, o del delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti, entre otros, Ordóñez ha sido muy crítica con el papel de las instituciones en esta etapa del posterrorismo.
La necesidad de asentar los valores éticos
«Si el terrorismo de ETA fue justo o injusto no puede quedar en manos de la moral privada, como intentan todos los días los líderes de la izquierda abertzale», ha advertido para señalar la necesidad de asentar los valores éticos y democráticos, pero «va a ser difícil hacerlo mientras haya quienes desde las instituciones públicas sigan legitimando y justificando el terrorismo».
No obstante la mayor crítica ha sido para la izquierda abertzale, pues es «indigno e inmoral que haya quienes pretendan que la memoria pública incluya el relato exculpatorio de que todos fuimos víctimas porque todos sufrimos», un relato «falso» porque «considera a las victimas de igual manera que a los asesinos y que a quienes fueron sus cómplices y a quienes los jalearon. Es perverso y a las víctimas nos provoca un daño y un sufrimiento que no estamos dispuestos a aceptar».
En su intervención también ha considerado «repugnantes» las recientes declaraciones del exministro José Barrionuevo «justificando y banalizando» el terrorismo del GAL, aunque ha lamentado que la «tormenta política» que las ha seguido «no se desata» cuando los líderes de la izquierda abertzale hacen manifestaciones «similares y peores».
Poco antes, en declaraciones a los periodistas, Ordóñez explicaba que el objetivo de la jornada era analizar «el reto» actual de la «deslegitimación del terrorismo que tanta falta hace» porque «desgraciadamente nuestra tierra, Navarra y el País Vasco, es el único rincón de Europa en el que todavía hay un partido y miles de personas que todos los días legitiman el terrorismo de ETA, de forma sistemática».
Contra ello, ha abogado primero por «concienciar, que eso es una labor que nosotros hacemos de contrapeso en la sociedad vasca y navarra», ha señalado para añadir que también es «una asignatura pendiente muy importante la educación, y eso es labor de las instituciones. Porque la historia que no se conoce se vuelve a repetir y ese es un peligro que no nos podemos permitir».
Al respecto, ha alertado sobre el «caldo de cultivo muy preocupante» que son los «miles y miles de jóvenes que tratan a los terroristas como héroes. Y eso solo ocurre con los terroristas de ETA y solo ocurre en este rinconcito de Europa. Somos donde mayor porcentaje de población y de jóvenes radicalizados hay de toda Europa».
Y ante esto, «nuestros gobiernos, da igual el color del partido que esté gobernando el país, jamás han puesto el foco en la prevención de la radicalización violenta doméstica. Tenemos planes nacionales, estratégicos, para prevención de la radicalización yihadista. Pero para la nuestra, la que está aquí, la única que existe y es preocupante de verdad, no existe nada».
Al respecto, sí que ha valorado que en Navarra se haya incluído en el currículo educativo esta materia en unas unidades didácticas sobre terrorismo.
Por otro lado, preguntada por la reciente autorización de acercamiento a cárceles de Navarra y Euskadi de presos etarras, ha asegurado: «A nosotros no nos importa dónde cumplan condena los presos de ETA. Lo que sí queremos es que lo hagan con arreglo a derecho».
Víctima pide planes de prevención de todos los radicalismos
Otro de los participantes en una de las mesas redondas ha sido la víctima de ETA José María Lobato, quien ha alertado sobre la necesidad de actuar con programas educativos para la prevención de los radicalismos, tanto del yihadista que ya se atiende como del abertzale, pero también de los de extrema derecha.
Herido en un atentado en 1997 cuando trabajaba como escolta en San Sebastián, Lobato ha analizado en declaraciones a Efe el contexto actual, en el que ha ubicado su demanda de «un compromiso político para el desmantelamiento de todas estas estructuras sociales que durante más de 50 años ha sostenido el terrorismo». Y en primer lugar deben pasar por que «el brazo político de la izquierda abertzale, EH Bildu, haga un ejercicio de crítica interna, pero puro y sincero», ha pedido.
En cuanto a la situación actual de las víctimas, ha reconocido que pese al cese de ETA hace ya años, «a la sociedad le ha costado muchísimo reaccionar, todo hay que decirlo», en relación con las víctimas.
«Ahora mismo, cuando somos visibles, vamos con la necesidad de contar, de hablar de nuestras experiencias, porque lo que buscamos es que esto no suceda. Es cierto que la sociedad se muestra más receptiva a nuestros mensajes y reivindicaciones, pero también lo es que la sociedad en general siempre está ya a otra cosa. ETA ya no mata, y desde luego es la mejor noticia, pero hay aún muchas tareas pendientes».
Así, ha alertado que siguen en pie «todas esas viejas estructuras, siguen vigentes y permiten generar un germen que está ahí. Buena prueba de ello es lo que esta pasando en Francia -ha dicho sobre una fuerte corriente ideológica abertzale entre los jóvenes-. Ahí lo veo muchísimo peor, porque se está adoctrinando a la juventud en colegios y centros escolares. No sé si con desconocimiento pero sí sin ningún tipo de interés por las autoridades francesas».
Al respecto, ha incidido en la importancia de los programas educativos que contrarresten esta herencia ideológica: «Debemos estar construyendo un relato que está enfrentado a un relato ya preexistente que lleva vigente tanto como las estructuras sociales y que es el que ha justificado los asesinatos», ha dicho.
Por ello, ha insistido en la necesidad de implantar planes para la prevención del radicalismo, que los hay contra el yihadista, «pero no los hay para la prevención del radicalismo de corte nacionalista. Y hay otro nacionalismo también de extrema derecha que esta surgiendo y que tampoco se está atendiendo. Vamos a ser prudentes con estas cosas porque estos extremismos al principio son inofensivos hasta que llegan al poder y empiezan a hacer, o deciden tomar otra vez el camino de las armas»
Preocupa por su radicalismo una «minoría muy activa» en Francia
Otro de los participantes ha sido el ciudadano francés Gérard Oyhamberry, quien ha alertado sobre la «herencia ideológica y de sentimientos» que en el sur de Francia mantiene en la corriente de ETA una «minoría, pero muy, muy activa» de la ciudadanía vasco francesa.
Lo ha señalado en declaraciones a EFE antes de participar en una mesa redonda titulada «La recreación de la memoria de ETA en Francia. ¿Un ‘santuario’ del olvido?». Él mismo ha respondido que es «obvio» que Francia «fue un santuario» para los etarras, aunque ya no lo es más tras la desaparición oficial del paisaje político de la banda terrorista: «Pero hay como una herencia, un poco informal. Esta herencia está organizada alrededor del alcalde de Bayona, Jean-René Etchegaray».
Lo ha explicado también en su intervención en la mesa redonda junto a su compañero Gérard Courtois, ambos ejemplos de la ciudadanía muy crítica con ese papel de la izquierda abertzale francesa que sostiene «una herencia ideológica y yo diría de sentimientos también. Es una minoría de la ciudadanía del País Vasco-francés, una minoría pero muy, muy, muy activa».
«A mí me parece que sería muy importante desactivarla, pero el problema es que funcionan como un pensamiento único frente a una mayoría de la gente que es bastante indiferente y somos cuatro gatos para intentar resistir», ha dicho incluyéndose entre ellos.
Así, ha analizado que en la parte española «hay mucha gente que quiere pasar página, pero allá en Francia no es que la gente quiera pasar página, sino que es indiferente. La mayoría no sabe casi nada de lo que pasó hace 30-40 años», ha lamentado.
«Si no sabemos analizar bien el pasado hay un riesgo de por lo menos de perder esta memoria importantísima y también hay unos riesgos de recaer», ha advertido Oyhamberry.