As.- El hecho ocurrió en el Talavera-Badajoz de Primera RFEF. El árbitro activó el Protocolo contra el Racismo tras los insultos a Jannick Buyla, jugador visitante.
El Talavera-Badajoz de Primera RFEF de este domingo se vio enturbiado por un nuevo episodio racista en el deporte. Esta vez la víctima fue Jannick Buyla, jugador nacido en Zaragoza y de origen guineano, que milita en el equipo pacense. El árbitro del partido, Alfonso Vicente Moral, decidió activar el Protocolo contra el Racismo que tiene previsto la Federación en este tipo de casos. Y así lo recogió en el acta arbitral: “En el minuto 92 de partido comuniqué al delegado de campo que se habían producido insultos racistas contra el dorsal 8 del CD Badajoz. Yo mismo pude escuchar con nitidez como varios espectadores pertenecientes a la hinchada local, identificados como tales por los colores que vestían y las consignas que cantaban, ubicados en la grada opuesta a banquillos, se dirigieron a este jugador en los siguientes términos: ‘¡Eres un mono!”.
Además, el árbitro paró el juego “por espacio de dos minutos” y solicitó que por megafonía se pidiese que cesaran los insultos contra Buyla. Sólo entonces se reanudó el encuentro que acabó con victoria local por 2-1. Tras el encuentro, el jugador quiso resaltar la actuación del colegiado. “No soy de hacer estas cosas, pero agradezco al árbitro que haya sido valiente de anotar estas situaciones. No hay que darle más vueltas pero no puede volver a ocurrir. Agradecer a la afición del CD Badajoz el apoyo y a centrarnos en fútbol”, escribió el futbolista de 24 años en sus redes sociales después de que varios aficionados de su club, del Real Zaragoza (equipo del que es canterano) y compañeros de profesión se solidarizasen con el futbolista.
Aunque en el reglamento de la RFEF existen medidas para este tipo de actos desde hace años, este protocolo de actuación sobre incidentes con el público lleva vigente desde 2022. En él no sólo se incluyen actos racistas, también xenófobos o de violencia en general, así como lanzamientos de objeto o pirotecnia. Si tras una primera advertencia por megafonía los insultos no cesan, el árbitro tiene la potestad de pedir a los equipos que regresen a los vestuarios de forma momentánea e incluso puede llegar a decidir la suspensión definitiva del encuentro.