El Tribunal General de la UE estima que tildar a las mujeres de ser «más débiles y menos inteligentes» no incumple el reglamento.
Decir en el Parlamento Europeo que las mujeres deben cobrar menos que los hombres por realizar el mismo trabajo porque son «más débiles, más pequeñas y menos inteligentes» no puede ser sancionado. Tampoco comparar la llegada de migrantes a Europa con «un vertido de excrementos». Así lo ha estimado este jueves en su sentencia el Tribunal General de la UE. La autoría de ambas frases corresponde a la misma persona: el eurodiputado polaco Janusz Korwin-Mikke, un político ultraconservador de 75 años célebre por sus habituales diatribas sexistas y xenófobas.
Ante la indignación generada por sus exabruptos machistas, el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, le sancionó con el máximo castigo que contempla el reglamento de la cámara: un mes sin percibir las dietas que le corresponden como diputado. En total dejó de percibir 9.180 euros, a razón de 306 euros por día. Además, fue suspendido de actividad durante 10 días, e inhabilitado para representar al Parlamento en un año. El castigo se unía al que ya le impusieron en julio por su referencia a los migrantes, este algo menor: diez días sin dietas y suspensión de actividad durante cinco jornadas.
Los jueces han anulado este jueves ambas sanciones, por lo que la Eurocámara se verá obligada a devolver a Korwin-Mikke las dietas que no cobró. El fallo no pone en duda que las palabras del político son particularmente ofensivas, pero señala que haciendo una interpretación literal de las normas, no es posible determinar que incumplen el reglamento de la institución. «Al no haberse producido desorden ni perturbación de los trabajos del Parlamento, no permite sancionar a un eurodiputado por declaraciones realizadas en el ejercicio de sus funciones parlamentarias», explica el tribunal. En definitiva, estima que sus afirmaciones están dentro de los límites de la libertad de expresión.
El Parlamento Europeo defendió que el daño a la reputación y la dignidad de la Eurocámara que suponían las valoraciones de Korwin-Mikke debía ser considerado por la justicia dentro de la categoría de «perturbación» que recogen sus normas, pero los magistrados han rechazado ese argumento. «El reglamento interno de un Parlamento únicamente puede contemplar la posibilidad de sancionar declaraciones realizadas por los parlamentarios en el supuesto de que afecten a su buen funcionamiento o constituyan un grave peligro para la sociedad, como las incitaciones a la violencia o al odio racial», ha concluido el tribunal.
El eurodiputado lidera una pequeña formación que en 2014 fue el cuarto partido más votado de su país con un 7,2% de los sufragios en las elecciones europeas. Y se ha reafirmado en numerosas ocasiones sobre sus aseveraciones. En una entrevista con este diario pocos días después de la polémica, profundizó en el mismo mensaje. Entre otros comentarios, señaló: «No es que piense que las mujeres sean menos inteligentes. Es que es un hecho tan real como que son más pequeñas, más débiles y menos agresivas». «Las mujeres son sabias, eligen a un hombre más inteligente que ellas, más fuerte». «La mayoría de mujeres prefiere que sus jefes sean hombres porque quieren que sean inteligentes». «Si las mujeres cobraran menos, el capitalismo despediría a los hombres y contrataría a mujeres».
El tribunal europeo ha analizado únicamente las palabras vertidas por Korwin-Mikke en el Europarlamento. Y ha recordado que los diputados han de disfrutar de mayores libertades a la hora de expresarse. «La libertad de expresión de los parlamentarios debe gozar de una protección reforzada, dada la fundamental importancia que el Parlamento tiene en una sociedad democrática».
Para la eurodiputada socialista Iratxe García, la que rebatió con mayor beligerancia en el Parlamento las salidas de tono del representante polaco, la sentencia deja impune un acto condenable. “Respeto la decisión, pero supone una profunda decepción. Bajo mi punto de vista, la libertad de expresión tiene como límite el respeto a los derechos humanos. Este tipo de declaraciones machistas que atacan la dignidad de las mujeres deben ser respondidas de forma contundente, tanto a nivel parlamentario como con sanciones”.
En el historial de Korwin-Mikke, casado tres veces y padre de ocho hijos, hay múltiples ejemplos de actos y declaraciones que han recibido una amplia reprobación. Culpó a las mujeres de la baja natalidad por “no quedarse en casa”. Puso en duda la veracidad de las denuncias por violación. En 2015 fue sancionado por entrar en el pleno haciendo un saludo nazi. Y cuestionó que Hitler estuviera al corriente de los planes para exterminar a los judíos.