El País.-La primera sesión se ha celebrado a puerta cerrada por orden del presidente de la sala, Pascual Fabia Mir, que ha impedido el acceso a los medios pese a ser una vista pública.
M. D., líder de la organización neonazi Hogar Social Madrid (HSM), repite hasta tres veces que lo único que hizo fue “decir la verdad”. Se refiere a la pancarta que ella y otros miembros del grupo colgaron el 22 de marzo de 2016 en la pasarela de la M-30, muy cerca de la mezquita de Madrid, con la frase Hoy Bruselas, ¿mañana Madrid? y la imagen de una mezquita tachada y enmarcada en un gran círculo rojo. Por eso, y por acercarse después a las inmediaciones a gritar “moros fuera” y publicar las fotos del acto en redes sociales, la Fiscalía la acusa de un delito de incitación al odio y pide tres años de prisión y una multa de 3.000 euros. El juicio contra esta dirigente y otros 11 miembros de la organización ha comenzado este martes en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Madrid, y se ha celebrado a puerta cerrada por orden del presidente de la sala, Pascual Fabia Mir, que no ha permitido el acceso a los medios, pese a ser una vista pública, que se prolongará tres días. Antes de entrar a la sala, Domínguez ha reivindicado las acciones porque, ha asegurado sin presentar algún tipo de prueba, desde el enclave religioso “se financia el yihadismo terrorista”.
“Estoy tranquila, porque uno no se puede arrepentir de decir lo que es cierto”, ha defendido la dirigente. Al ser preguntada por el fiscal por qué el grupo escogió la mezquita de la M-30 para llevar a cabo la acción, ha contestado: “En ese momento había abierta una investigación de la Audiencia Nacional por indicios de que allí se financiaba el yihadismo”. Domínguez ha insistido en que “el foco no era el islam”, sino el terrorismo. La investigación a la que aludía finalizó en septiembre de 2016 con la condena a ocho y 11 años y medio de prisión a nueve miembros de la llamada Brigada Al Andalus, una célula de captación yihadista que operaba en la mezquita.
Ese año, y el mismo día del ataque, hubo dos atentados terroristas en el aeropuerto y la red de metro de Bruselas, en los que fallecieron 35 personas y más de 300 resultaron heridas. Entonces, y ahora, Domínguez ha defendido que las acciones realizadas fueron “espontáneas”, fruto de la “acción reacción” a raíz de los atentados: “No lo planificamos”. En las imágenes que Hogar Social difundió en su cuenta de Twitter ―bajo la etiqueta terroristas welcome (algo así como la bienvenida a los terroristas)―, se ve la pancarta colgada y una nube de humo que la rodea. Según la Fiscalía, es el humo de varias bengalas que encendieron para dar visibilidad a la lona de plástico. La líder de la organización ha negado que se tratara de bengalas y ha afirmado que eran solo dos botes de humo colocados a cada lado del cartel.
La Fiscalía ha dicho que, una vez colgada la pancarta, el grupo se acercó hasta la mezquita, en la calle de Salvador de Madariaga de Madrid, donde comenzaron a gritar “moros fuera” y “mezquitas abajo”. El vigilante tuvo que cerrar la puerta principal de acceso para evitar un enfrentamiento con las personas que estaban dentro. La acción fue publicada en los perfiles de Twitter y Facebook de Hogar Social, donde se compartió 2.197 veces y dio lugar a 434 comentarios. Al día siguiente, Domínguez reivindicó el ataque por televisión y, dos días después, publicó un video de YouTube frente a la mezquita. “No cambio ni una coma”, ha remarcado este martes ante los medios, una vez finalizada la vista.
Para la Fiscalía, los comentarios de justificación del ataque que se difundieron en las redes sociales son consecuencia “directa” de la actuación del grupo. Algunos de los mensajes registrados fueron: “Que se vayan a su país a dar por culo”, “sobráis”, “con todas las mezquitas de España habría que acabar, pero con todos vosotros dentro” o “stop islam”. También hubo imágenes que el ministerio público considera un menosprecio “inequívoco” contra el islam y quienes lo profesan. En una de ellas, por ejemplo, aparece el dibujo de una persona con rasgos del estereotipo musulmán arrojada de una patada.Lo que más afecta es lo que sucede más cerca.
Desorden público
Además de Domínguez, en esta primera sesión también han intervenido otros 11 miembros de la organización neonazi, acusados de desorden público por la Red Española de Inmigración y Ayuda al Refugiado, que ejerce de acusación particular. En 2018, la titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, Esperanza Collados, archivó la acusación a estos 11 investigados por falta de indicios de la comisión de algún delito. Entonces, solo dictó el procesamiento para la líder de Hogar Social. “Solo podemos señalar nuestra enorme preocupación por como un delito de odio y señalamiento racial por un grupo ya calificado como de derecha extrema se acaba sustanciando 6 años después y gracias a haber ganado varios recursos que intentaron, en la fase de instrucción, acabar con la investigación. Hemos sacado este caso adelante en solitario”, ha criticado la Red en un comunicado. Los 12 acusados se han negado a responder las preguntas de la acusación particular y tres de ellos han defendido que no estaban en el lugar de los hechos cuando se llevó a cabo el ataque.
El abogado de la acusada, Ignacio Menéndez, ha declarado antes de la vista que “está tranquilo” porque no se dan “los elementos” necesarios para calificar el acto como delito de odio. “Los mensajes no se dirigen contra una persona en concreto, y no se está protestando contra la religión musulmana. Se está haciendo contra el yihadismo terrorista que causó indignación en la sociedad en 2016”, ha añadido.
Óscar Felipe Hernanz, letrado de otro de los acusados, también ha insistido en que “no hay pruebas para sostener la acusación” y que “no se dan los requisitos” de los delitos que se imputan: “Tendrá que ser la acusación quien pruebe que los acusados fueron los que se acercaron a la mezquita a gritar lo que gritaron”. Este miércoles está previsto que declaren todos los testigos del ataque.