El Diario de Valladolid.- El acoso escolar vive un periodo de transformación en Valladolid. No se produce ningún repunte, más allá de la vuelta a las cifras que se daban antes de la pandemia del coronavirus, pero sí que se aprecia un cambio en la tipología de estos incidentes de ‘bullying’ que ahora cada vez tienen que ver más con la xenofobia y la homofobia.
Las incidencias relacionadas con aspectos físicos, madurativos o relacionales continúan siendo las mayoritarias, pero han pasado de suponer ocho de cada diez casos a los poco más de seis actuales, tal como consta en el último informe sobre ‘La convivencia escolar en Castilla y León’. En cambio, ganan peso los incidentes que tienen que ver con el origen y la cultura del alumno (xenofobia) y los que se refieren al sexo o a la identidad sexual de la víctima (homofobia).
Un tercio de las incidencias que comunican los centros son de este tipo, en una evidente tendencia al alza dentro de un escenario global en el que prácticamente se está en los mismos números que antes de la pandemia. Así, el último curso (los datos del informe se refieren al 2021/22, obviamente) se llegaron a notificar 137 posibles supuestos de acoso escolar, 19 más (un 17,6%) que en el pospandémico curso 2020/2021 y casi el doble (en total fueron 70) que en el plenamente pandémico 2019/2020 (que fue el que se interrumpió en marzo por el covid).
Repuntes coyunturales que no son tales si se compara estas cifras con lo que había antes del estallido de la pandemia: 121 en el curso 2018/2019, 129 en el 2017/2018 y 162 en el 2016/2017. Aquellos eran años en los que parecía que la cosa iniciaba el camino del descenso, pero esta es una teoría que tendrá que esperar a los resultados de este curso (2022/2023) para ver cuál es la situación real tras los vaivenes que dejó el coronavirus, también en el ámbito educativo.
En siete de cada diez centros
La realidad del problema del acoso escolar es que se extiende como una mancha de aceite, lentamente, pero afecta a siete de cada diez colegios de esta provincia. Pese a que tanto las denuncias como los casos de bullying confirmados por la Junta de Castilla y León son similares a lo que había antes del covid, la cruda realidad del acoso entre iguales se cuela en las aulas de 136 de los 198 centros educativos vallisoletanos: el 68,7 por ciento del total.
El último informe elaborado por el Observatorio de la Convivencia Escolar de Castilla y León destaca que son mayoría los centros que se ven obligados a comunicar algún tipo de incidencia en relación con el ‘bullying’, un porcentaje que se quedaba en el 15% (31) hace solo un lustro(2015/2016). Los datos del último curso analizado dicen que la Junta investigó 137 casos de supuesto acoso escolar, de los que solo se pudieron confirmar 32 en Valladolid (el 23,35 por ciento del total).
El curso anterior fueron 31 los casos confirmados (el 28,7 por ciento del total), que es lo mismo que venía ocurriendo antes de la pandemia, un curso (el 19/20) en que la cosa se quedó en siete (10%). En el 2018/19 también fueron 31 (25%), por los 32 del curso 2017/18 (24,8%) y los 36 del 2016/17 (22%).
Aquel año supuso un punto de inflexión después de años en que se denunciaba la mitad de casos y se confirmaban aún menos. Todas las asociación de lucha contra el ‘bullying’ hablaban de que era un problema soterrado y lo cierto es que los datos ya no han vuelto a aquellas cifras. En la misma línea, se alertaba de un fenómeno que entonces era incipiente y que ya en los datos de aquel curso 2016/2017 se evidenció que empezaba a ser un problema.
Acoso por Whatsapp
Eran los tiempos en que se empezaba a computar como bullying también el ‘ciberacoso’, el que se producía fundamentalmente a través de las redes sociales y Whatsapp. Grupos en los que se ataca a la víctima, imágenes o ‘memes’ dañinos que se crean y van de móvil en móvil a toda velocidad.
Los últimos datos que maneja la Consejería de Educación a este respecto cifran en 17 los casos de ‘ciberacoso’ que se confirmaron el pasado curso en los 136 centros educativos de Valladolid en que se llegaron a abrir investigaciones por supuestos de ‘bullying’. Son dos más que en el curso anterior, 14 más que en el pandémico 2019/20, tres más que en el 2018/19 y menos que los 18 y 25 de los dos cursos previos.
Los 17 supuestos de ‘ciberacoso’ confirmados el último curso en la provincia suponen el registro más elevado de Castilla y León, junto a los 18 detectados en Burgos. Por detrás, aparecen los 13 de Palencia y los doce de León, mientras que Ávila aporta otros cinco; Segovia, cuatro; Salamanca, tres; Soria, dos; y Zamora solo uno.
El ‘ciberacoso’ no es el único apartado en el que Valladolid está a la cabeza de la región. En el citado informe sobre ‘La Convivencia en los centros educativos de Castilla y León’ se destaca también que no hay ninguna otra provincia en que se investiguen más posibles casos, aunque sí hubo dos en que hubo más casos confirmados pese a que hubiera menos denuncias: 17 (de 126) en Burgos y otros 17(de 108) en León. En Salamanca se pudieron confirmar cinco (de 36), por los cuatro de Segovia (34), los tres de Ávila (29), los dos de Palencia (de 42)) y el único caso de Soria (16); en Zamora únicamente se logró confirmar uno de los 23 que fueron investigados y fue el ya citado de ‘ciberacoso’.
Y es en el este ‘bullying’ que se ejecuta a través de redes sociales y Whatsapp donde se dan más casos de chicas como autoras del ataque, casi al mismo nivel que los chicos. En cambio, en el global del estudio del acoso escolar son los varones los que vienen protagonizando dos tercios de las investigaciones que llegan cada curso a la Consejería de Educación.
En Primaria
La radiografía que dibuja la Junta en su último informe también detalla que seis de cada diez casos se producen en clases de centros públicos de Educación Primaria, mientras que hay otro 20% que tiene lugar en institutos (públicos) de Secundaria, un 17% que ocurre en centros educativos de enseñanza concertada y solo un 3% en los grados de Formación Profesional(FP).
En igual sentido, el documento especifica que los educadores se topan actualmente con un 33% de reincidentes y con hasta un 16 por ciento de los denominados multireincidentes.
Por último, otro de los aspectos que se detallan en el informe sobre convivencia escolar es el relativo a las sanciones que se imponen a los acosadores y disruptores, que son los que provocan problemas en el aula. La más habitual ahora mismo es la suspensión del derecho de asistencia a clase durante no más de cinco días lectivos, si bien cada vez se opta más por una sanción referente a la reparación del daño causado.