elDiarioar.- “Si estás en Helsinki, ¿alguien se apunta a escupir a mendigos y golpear a niños negros?”. En 2008 escribía este tipo de comentarios en internet y hoy es vice primera ministra de Finlandia, ministra de Hacienda y líder de la formación de ultraderecha Partido de los Finlandeses. También insultaba a las personas negras y llamaba “monos” a los inmigrantes turcos. Así es la ultraderecha con la que gobiernan los conservadores en Finlandia
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Las proclamas racistas de Riikka Purra salieron a la luz esta semana y provocaron una nueva crisis en el Gobierno de coalición de las derechas que se formó hace apenas un mes, pero también generó tensiones internacionales, lo que forzó a Finlandia a pedir perdón a Turquía durante la cumbre de la OTAN en Vilna. “He transmitido las disculpas de nuestro Gobierno por los comentarios inapropiados que hizo hace años un miembro de nuestro nuevo Ejecutivo”, publicó el Ministerio de Exteriores.
Purra reconoció la autoría de esos comentarios, pero se justifica al decir que los escribió hace 15 años y que todavía no había entrado en política. “Me expresé de formas y palabras que hoy absolutamente no acepto y no usaría”, tuiteó la líder de ultraderecha. “Sacados de contexto y evaluados en el momento presente, algunos textos parecen aún peores. No acepto ningún tipo de violencia, racismo o discriminación”.
“Me disculpo por mis estúpidos comentarios en las redes sociales hace 15 años y el daño y el resentimiento que comprensiblemente causaron”, dijo. “Me involucré en política años después de los comentarios y ahora actúo y me comunico de manera diferente”. El Parlamento está en receso de verano, pero varios diputados de la oposición piden urgentemente una cuestión de confianza sobre la ministra ultra.
El resto de formaciones de la coalición conservadora, incluidos los democristianos, le transmitieron su apoyo, por lo que no renunció y el viernes viajó a Bruselas en medio de la tormenta para asistir a la reunión del Eurogrupo, donde tuvo que dar nuevas explicaciones ante los medios internacionales.
“El racismo es la marca del partido”
La líder del Partido de los Finlandeses –que en las elecciones de abril consiguió los mejores resultados de su historia con un 20,1% de los votos frente al 20,8% de los conservadores, que fueron la fuerza más votada– escribió esos comentarios en el blog de Jussi Halla-aho, que entonces era concejal en Helsinki del Partido de los Finlandeses. Halla-aho fue líder de la formación de extrema derecha entre 2017 y 2021, y es el actual presidente del Parlamento.
Jussi Halla-aho llegó a ser condenado por el Tribunal Supremo por incitación al odio racial y difamación de la religión por sus comentarios aquellos años en el mismo blog. Lo que le valió la condena fue escribir que Mahoma era un pedófilo y que “robar y vivir a costa de los contribuyentes eran características culturales y genéticas de los somalíes”.
“En 2017 el Partido de los Finlandeses se dividió y eligió a Jussi Halla-aho como nuevo líder. Fue entonces cuando giró radicalmente a la extrema derecha”, dice a elDiario.es Oula Silvennoinen, historiador de la Universidad de Helsinki especializado en extrema derecha y candidato en dos ocasiones del partido Alianza Verde. “El racismo en estado puro se convirtió en la marca del partido. Ya no existe ese ala moderada en el partido”, añade.
Purra, su partido y la coalición de Gobierno rechazaron el racismo, la violencia y la discriminación, pero Silvennoinen cree que su ideología realmente no cambió con su llegada al poder. “En público se ven forzados a usar un tono más moderado, pero sus políticas y su visión del mundo no cambiaron. Aunque ahora no usen esa terminología abiertamente racista eso no significa que hayan cambiado su pensamiento”.
Neonazis y “Blanca Navidad”
Unos días antes de que salieran a la luz los mensajes de Riikka Purra, otro ministro del partido, esta vez a cargo de Economía, se vio envuelto en un nuevo escándalo que acabó en su dimisión tan solo 10 días después de la formación del Ejecutivo y después de superar una moción de confianza en el Parlamento. La votación generó las primeras fisuras en la coalición, con algunos miembros apoyando su expulsión.
La polémica con Vilhelm Junnila estalló al descubrirse que el ministro había participado e intervenido en un evento organizado por la Alianza Nacionalista en 2019, cuando ya era diputado. La Alianza Nacionalista es una organización con vínculos neonazis. Los organizadores del acto al que asistió Junnila marchan bajo el lema ‘white lives matter’ (las vidas blancas importan) y venden discos de música neonazi para financiar el movimiento. Producido por D88 –número vinculado al nazismo por su correspondencia en el abecedario con las letras HH (heil Hitler)–, el disco tiene canciones con títulos como Levantamiento blanco y Genocidio blanco.
En las elecciones de 2019, Junnila recibió el 88 como número electoral y este año felicitó al candidato que recibió este mismo número cargado de connotaciones dentro de los círculos de extrema derecha. “Felicidades por este excelente número electoral. Es una carta ganadora. El 88 se refiere, por supuesto, a las dos H, pero no nos detengamos en eso”, dijo en declaraciones recogidas por la cadena pública Yle. En los comicios de 2015, el eslogan de campaña de Junnila era “gas”.
“A lo largo de los años he tendido a jugar de una manera que, ahora en retrospectiva, parece tonta e infantil. He actuado mal y lamento mis acciones”, escribió Junnila en Facebook el pasado junio en un intento de defenderse, antes de su renuncia.
Silvennoinen considera que este doble mensaje responde a una estrategia deliberada de la extrema derecha. “Es una forma de comunicación que siempre han mantenido en la oposición. Tienen un mensaje para los de fuera y otro para el ala más dura de dentro”, dice. “Es una estrategia generalizada de la extrema derecha en todo el mundo, pero aquí han encontrado que ya no funciona como antes porque ahora hay mucha más atención sobre ellos dentro y fuera del país”.
“No hago ningún tipo de doble comunicación. A veces uso el humor”, se defendía Purra. La Comisión Europea afirmó en un informe de 2021 que “el humor se ha convertido en un arma central de los movimientos extremistas para subvertir sociedades abiertas y reducir el umbral de la violencia”.
Junto con su participación en el acto con neonazis, estos días también circularon imágenes de supuestas publicaciones de Junnila en redes sociales de hace años. Una de ellas es un mensaje a su asistente parlamentario con una foto de un muñeco de nieve con forma de Ku Klux Klan y una soga en la mano. “He hecho un muñeco de nieve según tus instrucciones. Blanca Navidad”, decía. El político borró sus publicaciones pasadas, pero Silvennoinen asegura que esa imagen es real. “He investigado personalmente y puedo atestiguar que es real”, dice a elDiario.es.
En otras imágenes de supuestas publicaciones que elDiario.es no pudo verificar, Junnila publica una foto de una puerta con una esvástica y escribe que le gusta mucho su diseño. También envió felicitaciones de cumpleaños a su asistente con fotos de Hitler. En 2019, Junnila se mostró a favor del aborto en sociedades pobres de África como forma de combatir la crisis climática.
“El etnonacionalismo o racismo no es un fenómeno marginal entre el Partido de los Finlandeses, sino su principal línea como formación”, decía en Twitter Johanna Vuorelma, investigadora del Centre for European Studies de la Universidad de Helsinki.
Purra alega que “las actividades del Partido de los Finlandeses no se basan en el pensamiento extremista, el racismo o la discriminación, sino en buscar los intereses de Finlandia y los finlandeses”. “Nuestra política de inmigración es legítima y legal y no tiene nada de malo o sospechoso”.
Silvennoinen recuerda que “el número de migrantes en Finlandia es muy bajo comparado con los países nórdicos vecinos”. “De hecho, nuestro problema es que no logramos atraer a suficientes migrantes. Se trata de racismo, no de una crisis demográfica real”.
El historiador asegura que la coalición de Gobierno “está teniendo problemas con la extrema derecha, pero aún así piensa que pueden utilizar al Partido de los Finlandeses para sacar sus políticas adelante”. “Llevan muy poco tiempo y el partido ultra todavía no tuvo la oportunidad de empezar su actividad legislativa, pero no promete mucho éxito cuando ya tuvieron que despedir a un ministro y otros están bajo escrutinio”, concluye.