VivirEdiciones.- Durante el evento, se ha llevado a cabo la lectura del manifiesto bajo el título ‘La Tolerancia apaga el Odio’, destacando la importancia de combatir los crímenes de odio que afectan a la sociedad.
Según las cifras proporcionadas por Valentín González, coordinador de la organización Movimiento contra la Intolerancia, se han investigado 32 casos de delitos de odio en Málaga durante el año en curso. Los principales motivos detrás de estos crímenes han sido el «racismo y la xenofobia, seguidos de la LGTBIfobia, la motivación ideológica y la motivación de género».
En este contexto, se ha hecho un llamado a controlar el discurso de la polarización en el ámbito político, reconociendo que este tema es un asunto de «seguridad colectiva y patriotismo«.
Además,Mar Torres, la concejala delegada de Participación Ciudadana, Migración y Cooperación al Desarrollo, se refirió a los periodistas y medios de comunicación como «perfectos aliados» para evitar este tipo de violencia y lograr que la sensibilización sea notable en toda la sociedad malagueña. Desde las instituciones, se ha hecho hincapié en la importancia de ofrecer soluciones y apoyo a las víctimas, brindando todos los recursos necesarios para abordar este tipo de delitos.
Ruth Sarabia, delegada territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, ha señalado que aún existe un importante desconocimiento sobre la posibilidad de condenar ciertas conductas, lo que resulta en un alto nivel de infradenuncia en la provincia. En este sentido, se ha destacado el papel de la Policía Local, que ha colaborado con el Ayuntamiento para acompañar y asesorar a las víctimas de crímenes de odio. Un ejemplo reciente de este tipo de delito fue la amenaza de muerte denunciada por el presidente de la asociación LGTBI Colega Torremolinos, quien fue amenazado por un usuario en Facebook debido a su orientación sexual.
La asociación ha advertido que los discursos de odio en redes sociales hacia personas del colectivo LGTBI están en aumento y que, en muchos casos, constituyen delitos de odio debido al lenguaje agresivo utilizado por los agresores.