Nius Diario – Durante la última semana, Consuelo Ordóñez y el equipo del Colectivo de Víctimas del Terrorismo en Euskadi, Covite, han estado revisando todas las candidaturas de Bildu en el País Vasco y Navarra y enfrentándolas a las condenas por terrorismo de ETA. El resultado, 44 condenados por terrorismo en las listas de la coalición, siete de ellos por delitos de sangre. Este dato supone para Ordóñez, un «salto cualitativo» que a sus ojos es una «ostentación» y confirma la «simbiosis» entre los asesinos de ETA y la formación.
«El problema con Bildu es que hacen política como si ETA no hubiera existido, sin asumir sus responsabilidades y decir que fue un horror y un error», dice Ordóñez a NIUS desde Valencia, donde vive desde hace 20 años. Se marchó de allí unos años después de que la banda asesinara en un bar a su hermano, el concejal del PP de San Sebastián Gregorio Ordóñez, en 1995. Al frente de Covite, Ordóñez denuncia a diario distintas acciones de la izquierda abertzale, como hizo con los Ongi Etorri (bienvenida) a etarras que salían de prisión, hasta que se dejaron de hacer.
La última denuncia pública ha sido la presencia de los 44 condenados en las listas de Bildu. Ordóñez sabe que no son las primeras elecciones con candidatos condenados por terrorismo y asegura que su plataforma siempre ha denunciado «las puertas giratorias» con los etarras, aunque hasta ahora nunca con asesinos.
Pregunta: ¿Son peores estas candidaturas que las de otros etarras, como por ejemplo Josu Ternera que incluso llegó a ser miembro de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco en representación de EH y está condenado como dirigente de ETA?
Respuesta: Es que Josu Ternera no ha sido condenado en España, y en Francia lo fue por pertenencia a banda armada, no por asesinatos directos. Y tampoco creo que lo vayamos a ver nunca condenado aquí, aunque la Audiencia Nacional lo procese por dar la orden el atentado de la Casa Cuartel de Zaragoza.
Las candidaturas que ha presentado Bildu para el 28 de mayo son una ostentación de la izquierda abertzale, porque además son etarras no arrepentidos. Si lo estuvieran, no estarían en listas. Se trata de una provocación más, lo hacen para regodearse y para premiarles.
Hacerlo público es la mejor forma de retratar el terrorismo y a los que siguen justificándolo. Encima nos quieren dar lecciones de paz y convivencia y ni siquiera son capaces de decir que lo que pasó estuvo mal.
P.: ¿Cuál es el objetivo de esta denuncia?
R.: Vete a saber, igual ahora conseguimos que alguno de esos candidatos renuncie a ir en listas. Pero el objetivo es retratar la simbiosis entre Bildu y ETA, que se conozca. Sabemos que es legal, sí, pero es indecente.
Con los ongi etorri acabamos a golpe de denuncia pública. Conseguimos que se empezara a hablar de ello, que la clase política lo incluyera en sus discursos y la gente se concienció. Finalmente, Arnaldo Otegi anunció su final en 2021, pero para entonces ya no había, porque nosotros habíamos acabado con ellos.
Nosotros perseguimos la tolerancia cero con la presencia de ETA en las calles.
P.: Pero como usted dice, es legal
R.: Sí, es legal, pero esto no pasaría en ningún otro sitio. Imagínate un pueblo donde un asesino machista sale de la cárcel y se presenta a las elecciones 25 años después. Es legal, sí, pero ¿Qué diría Irene Montero, que hoy hablaba de la legalidad de las listas de Bildu. Diría que ese partido está en su derecho?
Esto no sería posible en ningún lugar de la geografía española fuera del País Vasco y Navarra y tampoco en ningún otro país. No imagino un terrorista del Daesh en unas listas electorales de Francia, Alemania o Inglaterra, ni tampoco de España. Es impensable, y es lo que están haciendo.
P.: Cinco años después de la disolución definitiva de ETA, ¿es hora de que los etarras hagan política?
R.: El problema es que al final de ETA fue negociado y en esa negociación, el PPSOE acordó las cesiones a ETA, entre ellas la legalización de su brazo político gracias al Tribunal Político Constitucional.
Yo soy la primera en decir que estamos mejor ahora que cuando ETA mataba, pero falta mucho para la normalización, estamos a años luz de que la izquierda abertzale repudie el terrorismo de ETA y diga que fue un horror y un error y que lo fue por responsabilidad suya.
Sin embargo, está habiendo un movimiento muy importante gente de ese entorno, independentista, abertzale y arrepentida que tiene mucho valor, porque ellos son los que les ponen delante de su espejo.
Pero los que están en las listas no están arrepentidos, están orgullosos de lo que hicieron y al ponerlos ahí, al premiarlos Bildu demuestra cual es su posición.
P.: ¿Habrá algún asesino concejal, aunque vayan en puestos simbólicos de la lista?
R.: Yo creo que sí, porque además su presencia tiene tirón entre sus simpatizantes. Fíjate, hace unos días todos nos echamos encima de la candidatura de la Falange en Bilbao, por estar encabezada por Carlos García Juliá, uno de los asesinos de Atocha, aunque finalmente la candidatura no se ha declarado proclamada. Nosotros los criticamos, pero me gustaría ver qué dicen otros muchos que también se echaron encima.
Estas cosas pasan porque el radicalismo está de moda. Ahí están Trump, Bolsonaro o Meloni, pero en Euskadi y en Navarra esa moda no nos ha faltado nunca.