El Diario.es.- El Museo del Apartheid de Johannesburgo no tiene una puerta, sino dos. Desde antes de entrar, desde el momento en el que compras tu entrada, la segregación se ha puesto en marcha. En unos tickets pone “Blancos” y en otros “No-Blancos”, y dependiendo del que te haya tocado de forma aleatoria tu comienzo en el museo será muy distinto. Ya eres parte de la clasificación.
Por la izquierda pasan los ciudadanos con libertades, derechos y poder. Y por la derecha los discriminados, los ninguneados y los castigados por la ley y el racismo. Dos caminos que van en paralelo tal y como hizo el Apartheid en Sudáfrica hasta hace no tanto tiempo.
El Museo del Apartheid es uno de esos lugares imprescindibles que no debemos pasar por alto si visitamos Johannesburgo. Junto al museo del District Six de Ciudad del Cabo es sin lugar a dudas el mejor sitio al que podemos recurrir para conocer la cara más oscura de la historia de Sudáfrica en el siglo XX. Y si no somos expertos en la materia, supondrá un antes y un después en nuestra idea sobre el país.
El Museo del Apartheid ilustra el auge y la caída del apartheid, esa palabra neerlandesa que significa cosas como ‘apartamiento’ y ‘separación’, y que en en su variante sudafricana, el afrikáans, tomó un sentido específico para referirse a la ‘segregación racial’. El apartheid estuvo en vigor en Sudáfrica y Namibia hasta 1992, y hasta que no fue abolido se encargó de dividir la sociedad en diferentes grupos raciales entre los que solo los blancos tenían derecho de voto y decisión, limitando los derechos y libertades de todos los demás. Pero para comprender su funcionamiento y caminar hasta su desaparición, lo mejor es atravesar una de esas puertas: ¿“Blancos” o “No-Blancos”?
Bienvenida, gente de todos los colores
Ya la entrada al museo nos pone en situación. Quienes pasen por “Blancos” verán una realidad muy diferente a quienes pasen por “No-Blancos”, pues mientras unos siguen carteles que ensalzan sus privilegios, como espacios reservados solo para ellos, los otros se rodearán de documentos de identidad en los que se detallan sus características raciales, con cartelería que prohíbe lo que podríamos considerar una vida normal. Este inicio es solo un breve comienzo para comprender todo lo que nos espera de ahí en adelante, ya en un recorrido común para gente de todos los colores.
El museo, que se inauguró en 2001, divide cronológicamente las diferentes etapas del apartheid y está repleto de información, por lo que si lo visitas en profundidad te puede llevar varias horas. Está organizado de tal manera que tú eliges cuánto tiempo quieres dedicarle sin necesidad de saltarte nada, pues bastará con detenerse solo en los paneles principales para tener una idea completa de la situación, pudiendo recurrir a paneles secundarios si queremos profundizar en el trasfondo histórico de cada momento.
El Museo del Apartheid cuenta con tres espacios: una exposición permanente, una exposición sobre Nelson Mandela y una exposición temporal. Y en todos ellos disponemos de todo tipo de elementos: paneles informativos, proyecciones, audios, documentales, declaraciones, objetos históricos e infinitas fotografías que nos transportan a cada instante de la historia. Y lo mismo estarás ante el coche de Mandela regalado por Mercedes, que frente a un enorme camión antidisturbios Casspir con el que la policía reprimía manifestaciones en los townships contra el régimen.
Exhibición permanente: auge y caída del apartheid
La historia de Sudáfrica es compleja, por lo que el museo nos remonta muy atrás para que podamos comprender los inicios de la segregación, allá cuando en 1910 se formó la Unión de Sudáfrica y solo los varones blancos tenían derecho a voto. Con esa base, pasamos sección tras sección en el museo para vivir el apartheid de comienzo a fin:
- La segregación racial
Aquí conocemos el comienzo del apartheid, proclamado formalmente en 1948. Entre 1949 y 1971 se establecieron 148 nuevas leyes que afectaron a todos los aspectos de la vida de las personas. ¿La primera en implementarse? La prohibición de los matrimonios mixtos en 1949.
- Un giro hacia la violencia
Llega la masacre de Sharpeville: al menos 69 personas murieron y 180 resultaron heridas cuando la policía abrió fuego contra manifestantes pacíficos el 21 de marzo de 1960. Las protestas ante ella llevaron a la prohibición de las principales organizaciones africanas de la oposición, que pasaron a estar perseguidas en su clandestinidad.
- La vida bajo el Apartheid
Para los sudafricanos blancos, la década de 1960 fue una década de auge y prosperidad sin precedentes. Mientras que para los sudafricanos no-blancos, el apartheid se endureció en su forma más dogmática y racista. Aquí las fotografías de Ernest Cole cuentan las injusticias vividas por el colectivo considerado no-blanco.
- Las patrias
Se asignó a cada sudafricano negro una patria y entre 1960 y 1994 más de tres millones y medio de personas fueron trasladadas a la fuerza a sus países de origen. Se les quitaron sus tierras y las vendieron a granjeros blancos a precios muy bajos.
- El censo de la conciencia negra
Una nueva generación de jóvenes negros comenzó a dar voz en la décáda de los sesenta a una filosofía de emancipación psicológica negra, orgullo negro y autoafirmación negra. El movimiento Black Consciousness instigó un despertar social, cultural y político en el país en la década de 1970, pero su líder, Steve Biko, fue asesinado en 1977 al convertirse en una grave amenaza para el estado del apartheid.
- Las ejecuciones políticas
131 opositores al gobierno fueron ejecutados bajo diversas leyes “antiterroristas” del apartheid, algunos de ellos torturados hasta la muerte. En esta sección nos acompaña un grupo de sogas que cuelgan del techo.
- El significado de 1976
En 1976 se vivió un punto de inflexión importante en la historia de Sudáfrica. Los estudiantes de Soweto marcharon pacíficamente para manifestarse contra la introducción del afrikaans en las escuelas negras y las protestas se extendieron por el país ¿Resultado? Mil estudiantes murieron en enfrentamientos contra la policía.
- Ataque total
Los años ochenta se caracterizaron por la explosión más intensa de descontento cívico y estudiantil que el país hubiera conocido jamás. En estos años se formó el poderoso Congreso de Sindicatos de Sudáfrica (COSATU) y el gobierno respondió con nuevos métodos de represión y nuevos tipos de reforma. Pero también entonces grandes secciones de la sociedad blanca comenzaban a plantearse la moralidad del apartheid.
- Raíces de compromiso
Las cosas empezaban a cambiar. Entre 1987 y 1990 se hicieron importantes propuestas de paz y Nelson Mandela, que aún estaba en prisión, hizo una invitación al gobierno para negociar el fin del apartheid. La posibilidad de liberar a Mandela empezaba a coger forma.
- La liberación de Mandela
Tras 27 años de prisión, el 11 de febrero de 1990 Nelson Mandela fue liberado y en esta sección puedes ver un documental sobre ello.
- Sudáfrica al borde del abismo
Unos días antes de la liberación de Mandela se suprimió la prohibición de los partidos políticos y reaparecieron públicamente organizaciones como ANC, PAC, SACP. Esto hizo que la violencia entre los partidos se avivara de tal manera que entre 1990 y 1994 murieran más personas que entre 1948 y 1990. Se estima que hasta 14.000. Algunas de las armas que acabaron con estas vidas se exponen en el museo.
- La negociación de un acuerdo
En 1991 llegó un Acuerdo Nacional de Paz con el fin de detener la violencia. Era necesario un nuevo orden político y en la exhibición puedes ver un borrador de este acuerdo.
- Elecciones de 1994
El 27 de abril de 1994 se celebraron las primeras elecciones democráticas de Sudáfrica. 20 millones de sudafricanos hicieron cola durante un período de votación de cuatro días en el que la participación electoral alcanzó el 86,9%. La ANC, el Congreso Nacional Africano, obtuvo el 63% de los votos, el Partido Nacional el 20% y el IFP, el Inkatha Freedom Party (un partido nacionalista zulú) el 11%. Mandela había ganado.
- La presidencia de Mandela
Parecía un milagro, pero el 10 de mayo de 1994, tras tres siglos y medio de colonialismo y apartheid, Nelson Mandela se convirtió en el primer presidente de Sudáfrica elegido democráticamente.
- La Comisión de la Verdad y la Reconciliación
Un año después, el nuevo parlamento puso en marcha una Comisión de la Verdad y la Reconciliación presidida por Desmond Tutu. ¿Su objetivo? Promover la reconciliación y el perdón entre los perpetradores y las víctimas del apartheid mediante la plena divulgación de la verdad. Incluso se concedía amnistía a quienes revelaran plenamente su participación en violaciones de derechos humanos por motivos políticos.
- Y la nueva constitución
Nueva bandera. Nuevo himno nacional. Y nueva constitución que lucha contra el racismo, los prejuicios y la discriminación. En esta sala estamos ante el nacimiento de una nueva Sudáfrica.
Atravesar el Museo del Apartheid es un viaje emocional. Una herramienta para que todo lo acontecido durante esta época no tan lejana de Sudáfrica no vuelva a suceder. Y cuando salimos de él, un jardín nos espera invitándonos a reflexionar, y así recordar aquella primera entrada en la que nos sentíamos tan extraños al entrar como “Blancos” o “No-Blancos”.