EFE – Moscú ha cesado toda cooperación con el Consejo de Europa y con el TEDH por lo que sus sentencias corren el riesgo de quedarse en letra muerta, más allá del carácter simbólico
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó este martes a Rusia en dos casos distintos por ataques y torturas contra miembros de la comunidad lesbiana, gay, bisexual, transgénero e intersexual (LGTBI) a los que teóricamente tendría que indemnizar.
Una de las sentencias se refiere a once personas que denunciaron haber sido víctimas en 2012 y 2013 de agresiones en tanto que miembros de ese colectivo LGTBI y contra las que las autoridades rusas no hicieron nada ni para prevenirlas ni después para perseguir y castigar a los autores.
Una parte de esas agresiones se produjeron durante unas manifestaciones en apoyos de la comunidad homosexual en las ciudades de San Petersburgo y Voronej, que fueron reventadas por contramanifestantes que recurrieron a la violencia ante la pasividad de la Policía.
A ese respecto, los jueces europeos señalan en su sentencia que «las autoridades no tomaron medidas efectivas para prevenir las agresiones motivadas por el odio» y «rechazaron en diversas ocasiones las alegaciones de los denunciantes», que afirmaban que «estaban motivadas por consideraciones homófobas».
En concreto, hacen notar que la Policía «no hizo nada y dejó que las tensiones entre manifestantes y contramanifestantes degeneraran en violencia física.
Por el incumplimiento de varios artículos del Convenio Europeo de Derechos Humanos, imponen a Rusia unas indemnizaciones de entre 9.750 a 23.000 euros por daños morales a cada uno de los demandantes y unos 3.000 euros por costas judiciales a ocho de ellos.
El segundo caso tiene que ver con Maksim Grigoryevich Lapunov, un hombre abiertamente homosexual que había presentado una denuncia por las olas de purgas contra personas de minorías sexuales en Rusia entre diciembre y mayo de 2017.
Unos días después de que uno de sus amigos hubiera desaparecido tras ser arrestado por la policía, Lapunov fue a su vez detenido por las fuerzas del orden chechenas en un parque de la capital de esta república rusa del Cáucaso el 16 de marzo de 2017 y conducido a comisaría donde, según su versión, fue torturado y amenazado.
El Tribunal de Estrasburgo considera sus declaraciones creíbles y además indica que «están globalmente corroboradas por los numerosos elementos que muestran una ‘purga antigay’ en Chechenia en esa época».
A la vista de esas «alegaciones plausibles», y de que el Gobierno ruso no las ha negado, el TEDH concluye que Lapunov fue detenido y torturado por agentes estatales, que las autoridades rusas no adoptaron medidas de investigación «elementales» y tampoco parecen haber adoptado «ninguna medida razonable» para aclarar cómo su orientación sexual influyó en los malos tratos que sufrió.
Los jueces europeos condenan a Rusia a indemnizar a Lapunov con 52.000 euros por daños morales.
Rusia, fuera del Consejo de Europa
Rusia fue expulsada en abril de 2022 del Consejo de Europa por la invasión de Rusia, pero a pesar de todo el TEDH es competente para tramitar y juzgar las denuncias que se refieran a violaciones de los derechos humanos ocurridos en ese país hasta septiembre de ese año.
El problema es que Moscú ha cesado toda cooperación con el Consejo de Europa y con el TEDH (su órgano judicial), de forma que sus sentencias corren el riesgo de quedarse en letra muerta, más allá del carácter simbólico.