Heraldo de Aragón/S.Campo.- Un estudio revela que se trata de una generación arraigada en el territorio y tejido social, que aún sufre situaciones de exclusión.
Un 64% de los jóvenes extranjeros que residen en la Comunidad se han sentido discriminados alguna vez, pero solo un 6,6% llega a denunciarlo ante la Policía, juzgados o alguna oenegé. Además, un 21% considera que Aragón es una tierra racista, un porcentaje que se eleva al 35% cuando se trata de España.
Respecto a su futuro, un 53% se imagina viviendo en territorio español, de ellos casi un 47% en Aragón, un 20% en otro país que no sea el suyo, un 22% ignora dónde estará en unos años y únicamente el 5% se ve en su país natal.
Estas son algunos de los datos que revela el informe ‘¿Qué hacemos aquí? Jóvenes de origen extranjero en Aragón’, elaborado para el Seminario de Investigación para la Paz por Federico Abizanda, Paula Figols y Manuel Pinos. El estudio se presentó ayer en el marco de las actividades por el próximo Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial el próximo 21 de marzo.
El objetivo de esta investigación es conocer las trayectorias de jóvenes de 15 a 29 años de origen diverso que en estos momentos, tras el ‘boom’ migratorio de finales de los años 90 hasta 2013, constituye una primera generación consolidada y arraigada en el territorio y tejido social. Para hacer esta fotografía, los autores han encuestado a 210 jóvenes que residen en 12 ciudades aragonesas y de hasta 14 nacionalidades, siendo las más representadas Rumanía, Marruecos, Nicaragua, Colombia y China.
Acerca del escaso número de denuncias por discriminación, los autores del informe solo encuentran una explicación, que estos jóvenes «han asumido esa carga de prejuicios con que la sociedad de acogida les mira». Un 60% tiene la impresión de que el racismo ha aumentado en los últimos años, una tendencia que achacan a la crisis económica, la pandemia y a que el discurso de algunos partidos se ha radicalizado en contra de este colectivo. Y aunque el 75,4% dice conocer la existencia de leyes contra la discriminación, reconocen que no manejan los mecanismos para acceder a su conocimiento y a hacerlas asequibles.
El estudio concluye que los jóvenes extranjeros constituyen un colectivo «asentado», un 60% lleva más de una década viviendo en la Comunidad, solo un l2% acaba de llegar, que ha llevado a cabo en ella en buena medida su itinerario formativo y educativo. De hecho, un 76,90% ha nacido en España y a su integración también contribuye que el 78,5% dice que solo ha vivido en Aragón.
A la hora de hablar de adaptación en lo cotidiano, casi el 70% en su casa come comida española y de su país de manera indistinta y un 7% solo cocina platos españoles. A un 88% no le importaría que su pareja fuese española y un 39% se siente igualmente español y de su país de origen, y más del 7% se considera español porque aquí han hecho su vida.
El odio y la discriminación matan
Hay otras caras menos amables en el informe más allá de la discriminación. Casi el 42% de los que actualmente tienen un empleo o han trabajado lo han hecho en alguna ocasión sin contrato. Este dato preocupa a los redactores del dosier «tanto por la precariedad e inseguridad jurídica que acompaña esta exclusión como por la estigmatización del colectivo».
A nivel educativo, también invita a reflexionar que el 21% lamente que en su centro no se respetaban la cultura y costumbres de su país, que el 21% piense que el profesorado no se preocupó lo suficiente por ayudarle, o que un 17% no se sintiera respaldado por sus tutores a la hora de integrarse en su entorno.