El Mundo.- Los cuatro alumnos del instituto Verge del Roser de Vallirana (Barcelona) acusados de acosar y agredir sexualmente a un alumno con Asperger cuando tanto la víctima como ellos eran menores de edad, han sido condenados a tres años de internamiento en un centro de régimen cerrado y a cuatro años de libertad vigilada.
Además, los cuatro menores y sus padres deberán indemnizar a la víctima de forma solidaria con 65.000 euros, siendo responsable civil subsidiario el colegio, según informa a elmundo.es Juan Manuel Ruiz de Erenchun, el abogado que ha representado a la víctima.
«Por una parte estamos contentos porque a mi hijo le han dado la credibilidad de que estos hechos han ocurrido, que es lo más importante para un víctima cuando sufre una violación, pero por otra parte hemos sufrido mucho, han sido cuatro años esperando que se haga justicia», dice a elmundo.es Pilar Joan, la madre de la víctima.
Los hechos sucedieron en 2018 cuando Sergi, que entonces tenía 13 años y estudiaba primero de ESO, comenzó a ser acosado por cuatro alumnos de entre 14 y 15 años de un curso superior. Según explicó hace unos meses a este diario su madre, comenzaron insultándolo, robándole y acabaron agrediéndolo sexualmente en el patio del colegio hasta en tres ocasiones.
«Le bajaron los pantalones, lo pusieron a cuatro patas como a un perro, le pusieron vaselina e intentaron penetrarlo. Como vieron que no podían, le metieron un palo. Lo masturbaron y le obligaron a masturbarlos a ellos. Le dijeron: ‘Ahora te vas a quedar embarazado y vas a tener un niño normal’. Cuando lo cuento parece que estoy contando una película, hasta me tiembla el cuerpo», relataba con crudeza la brutalidad de la agresión la madre de la víctima, que padece síndrome de Asperger.
El juicio contra los cuatro acusados, que ya son mayores de edad, se celebró el pasado 18 de octubre de 2022 en el juzgado de menores número 6 de Barcelona, pero la sentencia no se ha emitido hasta ahora, casi cuatro meses después.
Los cuatro jóvenes han sido condenados a tres años de internamiento en un centro cerrado por un delito contra la integridad moral, un delito de agresión sexual carnal (vía anal) en grado de tentativa, un delito de agresión sexual con acceso carnal (vía anal) y un delito de agresión sexual con acceso carnal (vía bucal), según informa el abogado de la víctima. Era la pena que solicitó la Fiscalía, mientras que la acusación particular pidió cuatro años, uno más.
Puesto que la víctima tardó en relatar a sus padres los hechos y no se conservaban pruebas de las agresiones en sus ropas, la principal prueba de cargo ha sido su testimonio, que se realizó en fase de instrucción y con la presencia de dos psicólogos. La declaración, grabada, fue emitida en el juicio como prueba preconstituida.
«Mi hijo está contento porque le han dado la credibilidad y él lo necesitaba mucho, pero no estamos satisfechos del todo porque nos han hecho muchas cosas» , dice Pilar Joan. Se refiere la madre al tiempo que ha tardado en celebrarse el juicio, a que no se hayan sentado en el banquillo de los acusados «los 11 chicos que estaban» cuando se produjeron las agresiones sexuales, de los que sólo se pudo demostrar la participación de los cuatro condenados, y a que no se haya juzgado penalmente también a la dirección del colegio «que sabía lo que le estaban haciendo a mi hijo», asegura Pilar Joan