Esteban Ibarra, Presidente de Movimiento contra la Intolerancia y secretario general del Consejo de Víctimas de Delitos de Odio, ha presentado una denuncia en la Fiscalía por presunto delito de odio racista hacia Vinicius.
Esteban Ibarra es un referente indiscutible en la lucha contra el racismo y la xenofobia en nuestro país desde hace más de 30 años. Presidente de Movimiento contra la Intolerancia y secretario general del Consejo de Víctimas de Delitos de Odio, ha presentado una denuncia en la Fiscalía por presunto delito de odio racista hacia Vinicius a raíz de los hechos acaecidos con la pancarta y el muñeco.
– ¿Cómo califica lo sucedido?
– Es un acto de odio o intolerancia racial contra Vinicius pero también de incitación a la violencia porque colgar un muñeco animalizado que simboliza a este jugador incentiva el rechazo y la violencia. Lo mismo ocurre con la pancarta, que además daña la integridad moral de los seguidores del Real Madrid. Por eso hemos denunciado, para que este tipo de comportamiento no se extienda a otros lugares, lo cual sería una mala pedagogía.
– ¿Qué recorrido puede tener su denuncia?
– Es el punto a partir del cual la Fiscalía puede intervenir y abrir diligencias de investigación si lo considera oportuno. Nos gustaría que así fuera y que la investigación policial encontrase a los responsables. Sería algo muy positivo porque hay cierta sensación de impunidad en el ámbito del fútbol y eso no debe continuar. El fútbol ha sufrido enfrentamientos y tragedias y el mensaje es que ni el fútbol ni la sociedad quieren esto.
– ¿Qué tipo de castigo se podría aplicar a los culpables si se los localiza?
– Está tipificado un mínimo de dos años de prisión aunque esto no quiere decir que vayan a la cárcel. Pueden ser sancionados también económicamente, pero esto tiene otro ámbito que no es estrictamente el de la ley. En el de la seguridad ciudadana supone una infracción delictiva contra las libertades y derechos fundamentales porque daña la dignidad de la persona y esto está explicitado, en la reforma del código penal de 2015, como un bien jurídico esencial a proteger en materia de delitos de odio.
– Hace poco se archivó la denuncia por los gritos racistas contra Vinicius en el Metropolitano ¿le decepcionó?
– Sí, aunque la culpa no es de la Fiscalía sino que la investigación no identificó a nadie. Esto no es bueno. Lo deseable es llevar a los responsables ante un juez. En el caso del muñeco creo que hay mecanismos suficientes para que la policía identifique al grupo que lo ha hecho porque una pancarta así no la pone una sola persona.
– ¿Cree que esto es un hecho aislado o es una tendencia preocupante?
– Aislado no es porque hay una dinámica de continuidad escandalosa en el fútbol con los gritos simiescos, el lanzamiento de plátanos,…Por tanto, no es un episodio aislado sino producto de la subcultura de la intolerancia racial y la xenofobia que aún persisten en algunos grupos ultras en algunos estadios de fútbol. No hay que estigmatizar al fútbol en general pero hay una responsabilidad de los directivos de los clubs para no ser permisivos ni ponerse de perfil ante hechos como este que son un peligro para la convivencia y la concordia.
– ¿Cree que el Atlético de Madrid ha luchado contra los grupos violentos en su estadio con la misma firmeza que han hecho Real Madrid, Barcelona y otras entidades?
– Los resultados y los hechos contestan a esta pregunta. Ha habido enfrentamientos y tragedias terribles y da la impresión de que no lo han resuelto aunque ellos digan que sí. Hay que seguir una pauta firme como han hecho Real Madrid o Barcelona. Utilizando un símil futbolístico hay que achicar espacios a esta intolerancia que tanto daño hace.
– ¿Quiere decir que el Atlético, como club, podría poner algo más de su parte en la lucha contra esta lacra?
– Creo que sí. Hay que ir mucho más allá de una condena. Se debería haber identificado o dar indicios para localizar a responsables de actos violentos ocurridos anteriormente. No se puede tener en los estadios a gente que practica estos actos o se ve implicada en enfrentamientos violentos.