EFE | Madrid – 19 diciembre, 2022
El 40 % de las mujeres con discapacidad ha sufrido algún tipo de maltrato o abuso por parte de su pareja.
Humillaciones, desprecios o aislamiento social son las situaciones de violencia más habituales que viven las mujeres con discapacidad por parte de sus parejas, pero también destaca el maltrato físico y su expresión más extrema, ya que «el 20 % de las mujeres asesinadas por sus parejas tenían una discapacidad reconocida», ha explicado a Efe Isabel Caballero, coordinadora de la Fundación Cermi-Mujeres tras conocerse el caso de la mujer con esclerosis abandonada por su marido mientras agonizaba durante cinco días en el piso que compartían en Vallecas (Madrid).
Especialistas coinciden en que la forma de violencia que más se identifica en las mujeres con discapacidad es la violencia psicológica, relacionada con la discriminación y la falta de reconocimiento de los derechos fundamentales, favorecida por la falta de credibilidad que se da de sus denuncias.
Omisión de cuidado
«Son mujeres que no se pueden defender, hay casos que para aislarlas lo tienen tan fácil como mantener desenchufadas las sillas de motor y así no pueden salir», ha explicado Isabel Caballero, quien ha recordado que «hay muchas formas más antes de llegar al maltrato físico», puesto que «son personas que dependen de sus cuidadores o de sus parejas».
Por ejemplo, en el caso de la mujer que vivía en Puente de Vallecas (Madrid) -gran dependiente con esclerosis múltiple-, a quien su marido no socorrió ni suministró su medicación durante esos cinco días, «ha bastado con no hacer nada por atenderla y con esa falta de atención y de omisión de socorro ha sido suficiente para llegar al máximo nivel de maltrato».
«Este caso ilustra la situación de las mujeres con discapacidad; ese no hacer nada caracteriza la violencia que se ejerce contra ellas; queda todo muy oculto», añade.
Principales barreras
Dificultades para acceder a los recursos especializados, problemas de comunicación, la falta o poca credibilidad que tienen sus testimonios, y el miedo a perder a su agresor del que, en muchas ocasiones, dependen para la realización de actividades básicas de la vida diaria son, junto con las dificultades para defenderse físicamente, las principales barreras a las que se enfrentan las mujeres con discapacidad.
Además, tienen más problemas para identificar la violencia que están sufriendo e incluso normalizan las conductas de abuso y sumisión por su vulnerabilidad.
«Tiene todas las características generales de la violencia machista, el desprecio a las mujeres por serlo, pero en el caso de las mujeres con discapacidad el maltratador se prevale de esa situación y utiliza otros mecanismos para ejercer esa violencia en una sociedad que suele considerar al hombre que está con la mujer con discapacidad como una buena persona», ha señalado la coordinadora de la Fundación Cermi-Mujeres.
Formación de los profesionales
La experta ha reclamado mayor formación en los profesionales que intervienen en el proceso de detección, pero también en los policías, jueces, fiscales y abogados que intervienen en los procedimientos.
«Si ya en general hay esa ola de descrédito a las mujeres que denuncian violencia, como esa sospecha de ‘algo querrán o será para sacar dinero al marido’, cuando tiene una discapacidad intelectual o trastorno de salud mental muchas no son creídas y escuchas», ha denunciado Isabel Caballero.
Y precisamente, las mujeres con discapacidad tienen un 40 % más de probabilidades de sufrir violencia por parte de su pareja que las mujeres sin discapacidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Más expuestas a la violencia machista
Y es que según el último informe realizado por Cermi Mujeres sobre Violencia contra las mujeres con discapacidad a partir de la Macroencuesta de la Delegación de Gobierno contra la violencia de genero, el 40,4 % de las mujeres con discapacidad vivió algún tipo de violencia en la pareja frente al 31,9 % de las mujeres sin discapacidad.
«Las mujeres con discapacidad tienen un riesgo de 10 puntos porcentuales más alto que el resto de mujeres a sufrir violencia de todos los tipos, psicológica, física, sexual o económica», ha indicado la experta.
También han estado expuestas a violencia sexual fuera de la pareja en algún momento de su vida con mayor proporción: el 10,3 %, frente al 6,2 % de las mujeres sin discapacidad.
Asimismo, a un 35,1 % de las mujeres con discapacidad se han visto obligadas a mantener relaciones sexuales cuando no querían.
Así es que desde Cemi Mujeres solicitan «políticas públicas accesibles, casas de acogida y protocolos de detección que funcionen, no como en el caso de la mujer de Puente de Vallecas que han fallado los servicios sociales y ha habido un flagrante error institucional que no ha detectado esta situación de elevado riesgo que sufría», a pesar de que constaban denuncias de maltrato.