El Español.- La comisaria Dunja Mijatovic, que estuvo recientemente en la ciudad autónoma, critica la gestión de Interior del salto masivo a la valla en junio.
La comisaria europea de Derechos Humanos, Dunja Mijatovic, ha criticado este martes a España por la gestión del salto masivo de la verja de Melilla el 24 de junio, en el que murieron al menos 23 personas, subrayando que no debe contribuir a las violaciones de los Derechos Humanos cometidas por Marruecos.
En un comunicado con las conclusiones preliminares de la visita que hizo la semana pasada a España, y que incluyó un desplazamiento a la ciudad autónoma, Mijatovic carga contra las devoluciones en caliente a Marruecos de 470 migrantes «sin que se respetara ningún procedimiento legal».
Además, considera que lo ocurrido ese día en la frontera de la ciudad autónoma muestra «la necesidad urgente de mejorar las medidas de responsabilidad y solidaridad entre los Estados miembros del Consejo de Europa», el organismo del que depende esta comisaria y cuya misión es la defensa de los Derechos Humanos y el Estado de Derecho.
«Arriesgando la vida»
Como ya lo había hecho el pasado 1 de julio cuando reclamó al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, una investigación en profundidad sobre esa tentativa de salto masivo de la verja en la que participaron cerca de 2.000 migrantes, Mijatovic fija un marco para lo que debería ser la cooperación con Marruecos.
«Aunque todos los Estados tienen derecho a controlar sus fronteras y a cooperar con otros Estados para hacerlo, esto debe hacerse en plena conformidad con todas las normas internacionales de derechos humanos», ha recalcado.
Pero más allá de los hechos de ese 24 de junio, el diagnóstico de la comisaria del Consejo de Europa, que visitó el perímetro fronterizo de Melilla, donde se entrevistó con la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, con el presidente de la ciudad autónoma, Eduardo de Castro, y con altos cargos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, es particularmente severo con la posibilidad real de solicitar asilo allí.
Su conclusión es que «en la práctica, no parece haber otra forma de entrar en Melilla y solicitar protección a las autoridades más que nadando o saltando la valla, arriesgando la vida». Por eso pide que ese problema sea abordado «de manera integral para asegurar que las personas que necesitan protección puedan acceder al territorio por vías legales y seguras».