Marca/Jorge García Hernández.- El presidente ha tenido que reconocer que se utiliza para labores de seguridad a una persona acusada por propagación del nazismo y pertenencia a banda criminal.
En las últimas horas se ha instalado la polémica alrededor de la Federación polaca de fútbol. Los medios del país se han hecho eco de un escándalo originado por la utilización como guardaespaldas por parte de la federación del país de Dominik G., alias Grucha, un reconocido militante neonazi polaco acusado de pertenencia a banda criminal. Medios como Wirtualna Polska han recopilado abundante material gráfico, que además está en manos de la fiscalía, en el que Dominik G. aparece exhibiendo su ideología neonazi junto a otras personas desde hace muchos años. De hecho, tiene una causa abierta en este momento por militancia en banda criminal que, entre otros cargos, está acusado de la propagación del nazismo o la organización de peleas.
Grucha aparece en fotos durante las concentraciones de la selección absoluta polaca vestido con la ropa oficial de la Federación protegiendo a los jugadores, entre ellos a Lewandowski. Algo que no ha podido negar el presidente de la federación Cezary Kulesza, quien ha reconocido que fue él quien decidió contratar a Dominik G., aunque explica que no estaba en su conocimiento que el sujeto tuviera causas pendientes tan graves. Lo curioso es que tanto Grucha vive en Białystok, la ciudad de procedencia Kulesza. De momento, lo que no ha confirmado es que haya dejado ya de trabajar para la Federación. La asociación recurría a él solamente para las concentraciones de la selección absoluta, informan a As fuentes polacas.