Karima Hassanyar, refugiada afgana con discapacidad: «Quiero quedarme en España y, como hacía en mi país, ayudar a las personas»

19 de diciembre, 2024

20 Minutos.- Debido a los conflictos bélicos y a otro tipo de desplazamientos forzosos, como desastres naturales, el número de personas que tiene que buscar refugio o asilo es países como España es cada vez mayor.

Para acoger a estas personas, existen en nuestro país una serie de protocolos. Sin embargo, como se puso de manifiesto en la jornada ‘Encuentro en la interseccionalidad. Discapacidad y refugio’, organizada por ONCE, CERMI y ACNUR, estos protocolos no tienen en cuenta a las personas refugiadas o demandantes de asilo que tienen discapacidad. De hecho, como reconoce Gregorio Saravia, delegado del CERMI para los Derechos Humanos y la Convención de la ONU de la Discapacidad, ni siquiera existen datos sobre cuántas o qué porcentaje de las personas refugiadas tiene algún tipo de discapacidad

Esto provoca que estas personas estén todavía más desamparadas, «hace falta una alianza entre el tercer sector de la discapacidad y el sector que trabaja con personas refugiadas y solicitantes de asilo. Y eso es lo que estamos intentando hacer entre CERMI, ONCE y ACNUR, además de con la administración, que no sabe muy bien cómo abordar el problema», asegura Saravia, «porque a día de hoy, al sector de la discapacidad le falta tener conocimientos sobre el sistema de protección internacional y al sistema de protección internacional le faltaba tener conocimiento sobre discapacidad y las necesidades de las personas con discapacidad».

Esto provoca que estas personas estén todavía más desamparadas, «hace falta una alianza entre el tercer sector de la discapacidad y el sector que trabaja con personas refugiadas y solicitantes de asilo. Y eso es lo que estamos intentando hacer entre CERMI, ONCE y ACNUR, además de con la administración, que no sabe muy bien cómo abordar el problema», asegura Saravia, «porque a día de hoy, al sector de la discapacidad le falta tener conocimientos sobre el sistema de protección internacional y al sistema de protección internacional le faltaba tener conocimiento sobre discapacidad y las necesidades de las personas con discapacidad».

Salieron de su país por varios motivos, pero principalmente, como explica Karima, «salimos de allí en 2022, cuando llegaron los talibanes al poder, porque no dejan trabajar a las mujeres, ni salir a la calle sin su marido. Además, las personas con discapacidad allí lo tenemos mucho más difícil en todos los sentidos». 

De hecho, antes de los talibanes, ya no lo tenían fácil. Ella pudo estudiar medicina y encontró trabajo en un hospital de Kabul en la Cruz Roja, en el que atendía a personas con discapacidad y donde todos sus compañeros sanitarios también tenían discapacidad. La mayoría, como es el caso de ella y su marido, con discapacidad física a causa de explosiones, «allí explotaban bombas todas las semanas», nos cuenta.

Gracias a una periodista española, logró, junto con otros compañeros médicos, salir de Afganistán y refugiarse provisionalmente en Irán, desde donde pudo pedir asilo. Desde allí, llegaron a principios de año a España, donde les atienden ONG como Rescate y AMAE (Asociación de Mujeres Afganas en España).

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