El País.- “Llegó el momento, palabras en movimiento. Justicia para todos, no solo para los nuestros. Somos todos un ser, no importa nuestro color de piel. Convivamos todos sin discriminar, di no al racismo y todo lo demás…”. Suena una melodía moderna y enérgica: es el coro de una canción de rap. Sus creadores son jóvenes de Navarra, quienes con sus sinceras voces recitan una poderosa reflexión sobre las migraciones.
Contra el racismo es una canción escrita por alumnos de EASDi Corella. Esta melodía es el resultado del taller de sensibilización intercultural a través de canciones en los institutos públicos de Navarra. La actividad, que se lleva a cabo desde hace unos meses, ha sido todo un éxito entre estudiantes y profesorado. Han producido 12 títulos, escritos por jóvenes de distintas edades, grados y centros (entre la ESO y Formación Profesional); quienes, al haber intercambiado información sobre migraciones, han convertido sus pensamientos y sentir en música.
“El mensaje que me gustaría transmitir es que se tenga en cuenta que a veces nuestra familia puede llegar a ser un desconocido. Nunca sabemos quién nos extenderá su mano en una situación de riesgo o peligro, puede ser cualquiera”, cuenta Emmelly Ortiz de Zárate da Luz (21 años), de EASDi Corella. Para ella, realizar esta composición ha significado dar una parte de sí misma. Para mejorarse y mejorar el mundo.
Un espacio de reflexión
“Hemos vivido momentos muy emotivos y hemos aprendido, con testimonios de la crudeza del viaje, lo que echan de menos, lágrimas, risas, abrazos, solidaridad, empatía, reflexiones sobre la discriminación y la soledad”, explica Txus San Vicente, activista que participa en el proyecto. La actividad tiene como objetivo generar un espacio de confianza y seguridad en el que los estudiantes puedan hacer reflexiones sobre la interculturalidad; pero también, para hablar sobre los prejuicios y rumores que existen alrededor de ella.
Hoy muchas personas escuchan más canciones que noticias hablando sobre temas importantesMaryama Kessari Mocktari, de 15 años
“Debemos enterarnos de la suerte que tienen algunos y de lo que sufren las personas que dejan su país, para que, al fin, veamos el gran cambio que tenemos que hacer en este mundo”, cuenta David Sierra, de 14 años, por correo electrónico. Él y otros estudiantes compartieron no solo sus experiencias migratorias, también hechos reales como la tragedia en El Tarajal (Ceuta) de 2014, en la que murieron 15 inmigrantes que trataban de llegar a España. “Hoy muchas personas escuchan más canciones que noticias hablando sobre temas importantes”, explica Maryama Kessari Mocktari, de 15 años, en un podcast del IESO La Paz de Cintruénigo.
Con tantos sentimientos encontrados y con tanto que expresar, Kessari y sus compañeros crearon la canción Murieron sin nombre, una pieza en la que recuerdan los sueños que se apagaron aquel 6 de febrero de 2014. “Me impactó mucho porque no me pareció nada justo que llegaran a matar a gente que viene a buscar un futuro mejor. Aquellos que los asesinaron y sus responsables, lo único que hicieron es cortarles las alas a los que quieren luchar por algo mejor”, escribe el joven David Sierra.
Convivir en la diversidad
A medida que uno va escuchando la lista musical, títulos como Se me abren las heridas o Toda su vida invitan a repensar y romper los prejuicios que se tienen sobre los migrantes. “Por problemas me tuve que marchar. Acabé 10 días en el mar, buscando una vida decente, como el resto de la gente. Tan solo buscaba un trabajo. Las leyes me convirtieron tan solo en un pobre indigente (…)”, se escucha en la canción Adiós Senegal, que narra la historia de Cheickhouna, un migrante que tras muchos problemas logró quedarse en Pamplona.
Además de los aproximadamente 300 estudiantes que han participado en la iniciativa, cuyas edades varían entre los 11 y 23 años, también los profesores han mostrado una respuesta muy positiva con el desarrollo de este taller. “Beneficia en la cohesión de grupo, en el respeto hacia todos y cada uno, empezando por ellos mismos, y llegando a esos desconocidos con los que contactaron en la fase de preparación de la canción”, opina la profesora Marta Indart (IESO Mendaur DBHI).
Por problemas me tuve que marchar. Acabé 10 días en el mar, buscando una vida decente, como el resto de la gente. Tan solo buscaba un trabajo. Las leyes me convirtieron tan solo en un pobre indigenteFragmento de la canción ‘Adiós Senegal’
Con apoyo de la Dirección General de Políticas Migratorias de Navarra, el taller se encuentra dentro del proyecto Escuelas de Colores, de la marca transversal Navarra de Colores. Esta última engloba diversas acciones de sensibilización sobre convivencia intercultural y lucha contra el racismo y la xenofobia, tales como la campaña Emociones sin Fronteras o la proyección en centros educativos del documental Rasmia.
En esa misma línea, tal como comenta la activista Txus San Vicente, la iniciativa utiliza el gran potencial pedagógico de la música para brindar nuevas formas de ver, sentir y entender la vida. Asimismo, al ser parte del día a día de los adolescentes, la música les interpela a participar: “Es su lenguaje, una forma de relacionarse, construir su identidad o, incluso, descifrar su realidad”, apunta.